
En este trabajo aportado a (ir) por el autor argentino Fernando Azcurra debate las principales afirmaciones del sociólogo chino Ho Fung Hunh, publicada en Jacobin y en nuestro medio.
Azcurra aborda críticamente los argumento de Ho Fung sobre las relaciones del Mercado y el Estado en la conversión de China al capitalismo.
Sostiene Azcurra que esa perspectiva constituye una falacia en la medida que en la China de Mao nunca se construyó un modo de producción socialista , por la simple razón de haber mantenido el trabajo asalariado y sus deformantes efectos sobre la vida social, desde 1949 (triunfo de la revolución).
Este hecho, descuidado por Lenin, Trotski y quienes estudiaron el fenómeno soviético fue descuidado por casi todo el marxismo del siglo XX, salvo excepciones como la ex secretaria de Trotsky, la filósofa Raya Duneyaskaya.
Azcurra también combate los criterios metodológicos de Ho sobre las relaciones entre la Acumulación originaria en China y el llamado «despegue del capitalismo chino».
Azcurra es profesor de economía teórica, autor de una treintena de libros.
Su principal aporte, por el que es más reconocido, es el rescate del concepto del trabajo asalariado como base de todas las economías construidas en los países del llamado «socialismo real» durante el siglo XX.
Junto con la economista bolivariana Lucia Cobeña público en 2015 el libro La Abolición del Trabajo Asalariado.
En él fundamentan desde la economía y la historia de la economía política que la continuidad del modo capitalista de producción, la vida social y la forma de Estado, se basó en el trabajo asalariado en la URSS. China, Yugoslavia, Cuba, Corea y cualquiera de las experiencias «socialistas» realizadas. Nota: Consejo Editor de insisto resisto.org (ir9
Ho Fung Hung*

Tesis principal: Los capitalistas necesitan el Estado. Incluso en las economías de mercado, es improbable que los ricos acumulen sin ayuda estatal los recursos necesarios para comenzar la producción capitalista, es decir, que concreten la fase que Marx denominó «acumulación originaria».
La entrevista aborda temas como los siguientes:
1º) Mercado y capitalismo
2º) Estado y acumulación de capital
3º) Acumulación originaria y despegue del capitalismo
Para el primer punto el entrevistado hace una diferenciación teórico-histórica: mercado no es sinónimo de capitalismo, para lo cual dice apoyarse en Marx y su Teoría del capital: mercado y capitalismo no son idénticos, más bien son diferentes y también ofrecen ángulos de antítesis.
Para respaldar esta tesis Ho apela a Marx: el mercado muestra intercambios de mercancías por medio del dinero: M – D – M, en el que los participantes no buscan incrementar el dinero, esto es, no pretenden “acumular”; en cambio bajo el capitalismo los operadores se basan en otra fórmula: D – M – D´, en la que sí su finalidad principal es la de incrementar la cuantía del dinero primitivo con la finalidad de acumular. Da un ejemplo: “Como señala Marx, es M-C-M’, es decir, que tenemos un frasco con dinero, lo cambiamos por ciertos productos y después vendemos los productos por una suma de dinero más grande. Por lo tanto, el propósito del capitalismo es acumular cada vez más dinero con el único fin de acumular dinero”.
La apelación a Marx hace descansar en éste un disparate que quien lo comete es el entrevistado: ¡¡tenemos un frasco con dinero!! “lo cambiamos por ciertos productos”; “después lo vendemos por una suma de dinero más grande”. Aunque el entrevistado mencione a Marx y lo ejemplifique de la manera expuesta, nada que ver tiene con la teoría de Marx. Es un intento de explicación falso, de “sentido común”, el entrevistado para hacerlo se basa en la circulación de mercancías (él habla de “productos” no de mercancías), cosa ésta que Marx no sólo refuta sino que demuestra ser el ámbito preferido por las explicaciones burguesas para ocultar que el proceso real de la acumulación se da en el ámbito de la producción: proceso capitalista de producción, esté el dinero en un frasco o no lo esté y cuyo “secreto” reside en que el capitalista no acumula por “vender más caro lo que ha comprado barato”. Si así fuera cualquier mortal podría hacerlo a partir de la posesión de cierta cantidad de dinero, pero en este caso como todos los interesados en la compra-venta harían lo mismo, resultaría que quien hoy vende más caro lo que adquirió barato, cuando le toque ser “comprador”, a su vez, pagaría más caro lo que su vendedor adquiriera más barato, con lo cual al fin de cuentas no habría acumulación por parte de ningún participante en tales operaciones. Ho Fung Hung parece no ser consciente de la falsedad que expone y para colmo achacársela a Marx.
Lo característico del capitalismo no es comprar barato y vender encarecida las mercancías, consiste en una circunstancia “específica” que el entrevistado pasa por alto, con lo cual parece mostrar que no ha entendido lo que ha leído de Marx: el capital (los capitalistas o aspirantes a capitalistas) “compran” una mercancía especial que tiene la virtud de ser un valor que genera más valor del que contiene cosa ésta que no ocurre con ninguna otra mercancía, o sea que es una mercancía “mágica”: al ser “consumida” ¡¡genera más valor!! Tal mercancía es la Ft, que tiene valor que el capitalista paga bajo la forma de salario y que al ser usada en la producción por el capitalista le da a éste más valor del que ha pagado ¿por qué le da más valor del que ha pagado? Porque lo que vende no es Ft sino la cantidad de mercancías que con ella produce la clase trabajadora que contiene un valor más un excedente de valor, o sea, valor + plusvalor; el valor de Ft, el capitalista lo paga como se ha dicho bajo la forma de salario que para el capital es un costo a “recuperar”, pero por lo que nada paga es por el plusvalor, o sea, el capitalista vende esa parte pero no la paga, se la apropia gratuitamente cuando vende lo producido. ¿Qué es lo importante aquí? Que no se trata de “acumular” vendiendo caro lo barato; de lo que se trata es de un “nuevo modo de producción” en el que los capitalistas sin quieren, buscan, pretenden “acumular” deben “producir” primero para acumular en consecuencia. El proceso de acumulación es una consecuencia de tal nueva forma o modo de organización del trabajo.
Y aquí damos con algo que el entrevistado no refiere: el capital presupone mercancía, dinero, precios, mercados, oferta, demanda, comercio, circulación, etc se “monta” sobre esta realidad del proceso de producción y circulación simple de mercancías, no sólo no lo enfrenta ni los elimina sino que a partir de la circulación (el mercado) amplia el dominio de las mercancías (del intercambio) alcanzando ahora a la producción pero bajo el dominio del capital y no de propietarios personales que intercambian el fruto directo de su actividad productiva: ahora los propietarios, son propietarios de dinero que lo valorizan al producir con trabajo asalariado, el dinero funciona como capital, y es así porque los Mp con los que trabajan los productores (asalariados) son también propiedad del capitalista.
Con el capital dominando el proceso general social de producción, circulación, distribución y consumo de la sociedad, lo que hace es transformar los mercados en mercados capitalistas sin que se oponga a la existencia de “islas” de producción y circulación simple de mercancías, islas que dependen y se mueven dentro del ámbito mayor del capital, las que, por otra parte, suelen ser “absorbidas” por las inversiones del capital y pasan a formar parte del mismo. En este sentido sí hoy se puede decir que capitalismo y mercado son sinónimos aunque teórica e históricamente no lo hayan sido ni lo sean, ya que si así lo fuera habría habido capitalismo desde hace milenios y esto no fue así.
Esta es la razón por la cual lo que afirma en el siguiente párrafo es una verdadera tontería: “Podemos pensar la distinción entre el mercado y el capitalismo utilizando la analogía del mercado de un agricultor y un supermercado. En el mercado tradicional de un agricultor, las personas intercambian cosas unas con otras por dinero y utilizan el dinero para comprar otras cosas. Pero en un supermercado enorme como Safeway o Giant, la empresa acumula todas las ganancias y las reinvierte. La ganancia es el objetivo principal de estas operaciones monopólicas, que funcionan con una lógica muy distinta de la del mercado. Y esa es la distinción básica entre el mercado y el capitalismo”. Ejemplo escolar y erróneo, la distinción a la que alude Ho es de carácter subjetivo: los capitalistas ganan y acumulan porque “quieren” ganar y acumular, en cambio los productores simples “no quieren” ganar ni acumular, por eso hay dos lógicas distintas ¡no! Los procesos reales de producción son distintos pero no antitéticos, “el” mercado simple se ha trocado en “mercado capitalista”.
Estado y acumulación.
Por supuesto que el sistema capitalista no surge automáticamente ni espontáneamente; las transformaciones económicas (desarrollo de las fuerzas productivas) requieren decisiones políticas mediante e intervención de las instituciones que las legitiman tal como lo es el Estado de una determinada formación económico-social. Pero el entrevistado parece considerar que “el” Estado fuera una institución “neutral” a-histórica, por eso dice que el capitalismo necesitó del Estado para su surgimiento y desarrollo, sobre todo, en la Europa occidental, lo que dio origen a la “acumulación primitiva”. ¿Se puede pensar “sensatamente” que el Estado medieval-feudal “ayudó” al capitalismo por medio de “favorecer” a comerciantes y banqueros para que naciera? La nobleza terrateniente y las Monarquías sí se endeudaban con aquellos porque “negociaban” el pago de los préstamos con la institución del “arriendo” de los impuestos a recaudar y también con la entrega de feudos; pero ambos sectores se movían en el ámbito del intercambio dinerario no del proceso de producción que es lo decisivo para cualquier sistema social; en el caso medieval europeo la sociedad feudal se asentaba en la producción servil, o sea, no en el cambio. Comerciantes, banqueros, nobles y Monarcas con este tipo de relaciones no alteraban el sistema social y productivo, los dos primeros descansaban sobre las espaldas del mismo sistema como “usureros”, como “chupadores” de la circulación dineraria, y los dos últimos como crónicos deudores y crónicos confiscadores de la riqueza de sus enemigos, que tampoco modificaba la sociedad: todos juntos la “expoliaban” sin cambiarla dejándola “exhausta” sin capacidad de multiplicar la producción. ¿Acaso el Estado medieval feudal se suicidaría “favoreciendo” el nacimiento de “nuevos” enemigos que “transformaban” radicalmente el proceso social de producción?
Pero esto no significa que la institución “Estado” nada que ver tuvo con el capitalismo y su nacimiento. Sí que lo tuvo, pero cuando se constituyó en una institución, en un arma, en un poder del cual ella requería para “acelerar” sus negocios e inversiones; dado que el Estado medieval se resistía a estos cambios, entonces la naciente burguesía debió resolver el conflicto mediante guerras y luchas político-militares para “adueñarse” del poder político y “reformarlo” en favor de sus intereses; de aquí entonces la Gloriosa Revolución Inglesa de 1688, la Revolución Francesa de 1789 y las guerras napoleónicas expandiendo los intereses de la burguesía y aplastando a la Iglesia Católica Romana, a la nobleza y las Monarquías. Claro que el capitalismo apeló al Estado para consolidar y desarrollar sus inversiones como proceso de acumulación, empezó modificando “tibiamente” y “parcialmente” el modo de organizar el trabajo para producir de manera diferente del trabajo servil; exigía la “libertad” del siervo y la libertad de comerciar. A esto se oponía la reacción feudal-medieval y “su” Estado. La burguesía se vio obligada a destruir un tipo de Estado y construir “otro” tipo adecuado a sus intereses.
Por estas razones las descripciones que hace Ho son históricamente imprecisas bajo sus explicaciones, se refiere al Estado como algo “general”, “instrumental”, que puede ser utilizado por una clase como por otra sin ninguna especificación socio-histórica en términos de clase.
Acumulación y despegue del capitalismo
Parece increíble pero… ¡nueva tontería! Del Sr. Ho: “La acumulación originaria, traducida en otras ediciones como «acumulación primitiva», es la idea de que durante el comienzo de la actividad de acumulación capitalista, la clase lucrativa tiene que tomar los medios de producción o de riqueza de otras personas. Así obtiene el primer frasquito de oro, por decirlo de alguna forma. El cercamiento de la tierra es el ejemplo que cita Marx: básicamente, los capitalistas utilizan el poder estatal para apropiarse de las tierras campesinas y crear sus primeras fortunas.
Una vez que tienen esta fortuna, dice Marx, la invierten en tecnología, en máquinas y en otras cosas. Más tarde, tienen una empresa capitalista capaz de seguir acumulando riqueza mediante la expropiación del excedente del trabajo asalariado y la innovación tecnológica, sin tener que recurrir de nuevo a la apropiación violenta de los bienes y de los medios de producción de otras personas. Por lo tanto, la acumulación «primitiva» es el origen de la dominación”.
Para este Sr. La acumulación originaria es algo así como que en un momento la “clase lucrativa” se apodera de los Mp y riqueza de “otras personas”; no advierte que se tratan de modificaciones, cambios, alteraciones, en el proceso social de producción que se van dando lentamente “dentro” del sistema vigente y que van teniendo un impacto en las relaciones políticas y militares, no dependen del “humor” de las “personas”. Y otra vez aparece el “frasquito” de oro. En el caso inglés la ley de “cercamientos” no tiene que ver con “los capitalistas” sino con la concentración de la tierra en la Monarquía inglesa y su vinculación con la finalidad de ponerla a producir para el comercio de ultramar, todo aún bajo la producción general medieval-feudal, pero que se va constituyendo en un antecedente importante como acumulación y que explotará en la Revolución de 1688.
Marx estudia detalladamente el proceso de acumulación de la burguesía inglesa y da muestra de una penetración histórica y analítica que en nada se parece a la vaciedad del Sr. HO: “Una vez que tienen esta fortuna, dice Marx, la invierten en tecnología, en máquinas y en otras cosas”. ¡Pero que estúpidos los ricos de la India, China, Grecia, Roma que se les ocurrió invertir en tecnología, máquinas y otras cosas! Es al Sr. Ho a quien “no” se le ocurrió dar respuesta a la pregunta: ¿Quiénes hubieran “fabricado” máquinas, crear tecnología y “otras cosas”?
Lo que luego dice sobre Mao y sus políticas son interpretaciones debatibles, pero lo que tampoco parece pensar es que, aceptado que Mao impusiera políticas pro-capitalistas, éstas no se difundieran de este modo sino que eso era… ¡socialismo!
FHA. Agosto 2022
*Fernando Azcurra: Economista. Realizó estudios de postgrado en Historia económica en la facultad de ciencias económicas de la Universidad Nac. de Buenos Aires (UBA). Se desempeñó como profesor en las facultades de Ciencias Económicas y de Filosofía y Letras de la UBA. En la actualidad se desempeña como profesor de Historia Económica en el CBC de la UBA. Ha sido profesor de macroeconomía de la Universidad del Salvador. Se desempeña como profesor de Historia Económica de la Universidad de Lomas de Zamora. Profesor de Economía I y Economía II de la Universidad de Luján. Ha dictado diversos cursos de postgrados. Actualmente está dictando un taller de postgrado sobre Marx y Sraffa en la Univ. De Luján. Es autor de «Democracia y proceso socialista en Argentina» (1985); «La nueva alianza burguesa en Argentina» (1987); Empresas del Estado y economía en Argentina» (1989); «Marx y la teoría subjetiva del valor» (1993); «Fundamentos de macroeconomía» (2003) y «Capital y excedente» en colaboración con Alejandro Fiorito (2005) y «Teoría macroeconómica» (2006).-

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Está muy lejos del M-Leninismo y sin ser un erudito del marxismo estimo que el documento de Mao T-T «Sobre la Nueva Democracia» explica la etapa de transición del SOCIALISMO al COMUNISMO y explica en gran medida la China de hoy ,2022