

Publicado el domingo 19 de junio de 2022 a las 21:55
Los resultados de la segunda vuelta de las elecciones legislativas son una derrota para el poder de turno. Efectivamente, Emmanuel Macron está muy lejos de obtener la mayoría absoluta de diputados, lo que confirma su ilegitimidad y su condición de «presidente mal elegido». Las derrotas de varias figuras de Macronie, desde Richard Ferrand a Christophe Castaner pasando por Amélie de Montchalin, que se sumó a Blanquer derrotada en la primera vuelta, atestiguan el rechazo inspirado por Macron y su familia.

La composición de la Asamblea Nacional sugiere una continuación y ampliación de la situación de inestabilidad política, con una “mayoría presidencial” en minoría e incapaz de gobernar en solitario. En vista de la política que siguió durante su primer mandato y la campaña entre las dos vueltas, radicalmente anti-NUPES, es sin duda de su derecha donde Macron buscará apoyo, endureciendo un poco más su política.
La crisis democrática continúa y se fortalece, con altísima abstención y una importante distorsión de los votos por el sistema de votación, que aún no incluye ninguna forma de representación proporcional. La abstención es particularmente alta entre los jóvenes y las clases trabajadoras, quienes se sintieron poco preocupados por una campaña que el poder de turno hizo todo lo posible por hacer inaudible.
Los puntajes de NUPES están en línea con los resultados de la primera vuelta de las elecciones legislativas y presidenciales y dan testimonio de la existencia de una dinámica significativa y positiva en la izquierda. La FI multiplica por cinco su número de diputados, lo que confirma la presencia de un significativo rechazo “de izquierda” a Macron y las políticas neoliberales, y de una aspiración a más justicia social, ecología y democracia, incluso la esperanza de un mundo mejor. A pesar de las críticas que hemos podido formular respecto a la NUPES, nos complace que millones de personas hayan aprovechado sus candidaturas para expresar su enfado contra Macron y enviar a la Asamblea a un gran número de diputados que representan una ruptura de izquierda con liberalismo social.
Pero las puntuaciones de extrema derecha deberían alertarnos. Con más de 80 diputados, la Agrupación Nacional logra puntaje histórico, y ratifica su proceso de «normalización», con presencia real en varias regiones (norte, este y sureste) y avances en otras. La RN tendrá ciertamente menos diputados que la izquierda, pero su capacidad de incordio se verá considerablemente amplificada, en tanto busca -lamentablemente exitosa- sacar las castañas del fuego de la inestabilidad política y la crisis democrática y social. La amenaza fascista está ahí, y el poder de turno tiene una gran responsabilidad, a través de sus políticas y discursos, en este peligroso fenómeno.
Debemos hacer todo lo posible para que la situación de crisis política que está a punto de escalar no beneficie a las fuerzas más reaccionarias. De ahí el desafío de preparar, hoy, las batallas de mañana, apoyándose entre otras cosas en las dinámicas militantes generadas por las campañas de algunos de los candidatos del NUPES, para constituir o perpetuar colectivos dispuestos a liderar las luchas venideras contra el neoliberalismo autoritario, a partir con la defensa de nuestras pensiones, que tendrá que ser una lucha de toda la izquierda política y social, así como la de la defensa y reactivación de los servicios públicos.
En una situación donde el peligro de la extrema derecha se está afirmando, también urge construir herramientas de resistencia y organización de nuestro campo social, incluso a nivel político. Necesitamos una fuerza política amplia que defienda los intereses de la gran mayoría de la población y la perspectiva de otra sociedad, libre del capital y de los desastres sociales y ecológicos. ¡Ha llegado el momento de la construcción, en los próximos meses, de esta izquierda combativa!
Montreuil, 19 de junio de 2022
Fuente: l´Anticapitaliste


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