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Insisto y Resisto

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Sobre Cuba: Angustioso y cómplice.

17 de julio de 2021 por tali Leave a Comment

Paolo Gilardi*

Desde el estallido de manifestaciones en unas cuarenta localidades cubanas la semana pasada, las reacciones de algunos antiimperialistas pavlovianos en Europa han sido angustiosas, sacando de contexto los legiítimos derechos del pueblo a exigir mejores condicones de vida, de salud y libertades democráticas.

La literatura define « pavloviano » cualquier reflejo incontrolable que escape a cualquier racionalidad desencadenada por ciertos automatismos. Este es el caso de algunas posiciones adoptadas.

Así, probablemente desorientados por la aparición de una protesta popular en Cuba, el primer reflejo de estos entusiastas cubanos fue recuperar las imágenes de manifestantes para demostrar la determinación del pueblo cubano que salió a las calles a denunciar el bloqueo norteamericano. Están tranquilos.

Por desgracia, los simples espectadores que somos y que vemos las imágenes en la televisión, nos costaba entender contra quiénes estaban tirando piedras los manifestantes, pues las costas Yanquis están a más de 70 millas de distancia. De ahí que, fue contra el gobierno cubano que se tiraron las piedras…

Otros, han dado otra explicación: que todos estos manifestantes son cómplices «objetivos» (que no comprenden que su protesta hace el juego del imperialismo) en su mayor parte; y «subjetivos», siendo utilizados por una «minoría activa» para los planes del imperialismo yanqui.

Como ha explicado astutamente Díaz Canel, es el bloqueo estadounidense el que crea las condiciones para el descontento, que las fuerzas enemigas explotan gracias a medios propagandísticos, como la radio y otros medios electrónicos dirigidos desde EEUU.

Y, de hecho, cuando la gente -al menos una parte de la gente- está en las calles gritando «Tenemos hambre», «Queremos vacunas» y «Ya no tenemos miedo», los dirigentes cubanos los atacan, lo que significa que atacan la gente que definen ellos mismos como víctimas manipuladas por el imperio yanki.

Así se escuchó el «llamado a la defensa de la revolución y a los revolucionarios» del presidente Díaz Canel para enfrentar a los manifestantes «en la calle», por las «avispas negras» (los «avispones negros» o las «avispas negras»), una especie de destacamentos antidisturbios. Probablemente fue con porras que se les notó allí, en la calle.

¿Esa sería la «revolución en la calle»? En cualquier caso, no es para defenderlo que llevo más de 50 años luchando. Es por la defensa de la revolución cubana por lo que estoy haciendo campaña, por el derecho de este pueblo a vivir libre y libre de la dominación capitalista.

Por eso denuncio tanto la represión (la que está en marcha hoy, la de los artistas el pasado mes de noviembre) como la restauración capitalista propugnada por la actual cúpula cubana y santificada por la nueva Constitución -aprobada hace tres años- y por las últimas medidas económicas adoptadas.

Por supuesto, el embargo es mortal, pero se está convirtiendo en un pretexto fácil, para impedir cualquier justo reclamo.

No es el bloqueo lo que ha privado a los hombres y mujeres cubanas del derecho a organizarse; Tampoco es el bloqueo lo que ha obligado a la populacion de adaptarse a todos los giros económicos y contra-giros, como abolir la doble moneda desencadenando una inflación masiva.

Tampoco es el embargo lo que está provocando la congelación de los salarios, la privatización a gran escala y el aumento de la jornada laboral. Fue el gobierno de Díaz Canel y el ejército el que lo decidió…

Cuando nuestros seguidores de la dirigencia cubana, cierran los ojos ante estas realidades y nos venden la fábula de la llamada «solidaridad médica internacionalista» practicada por Cuba, no aclarando que la exportación de personal médico fue la principal fuente de divisas en 2019, engañando al hacer pensar que es solo un acto de solidaridad.

En 1936-37 en los juicios de Moscú, en 1953 en Berlín Oriental, en 1956 en Budapest, en 1968 en Praga, en 1970 en Stettin y Gdansk pocos en Occidente fueron los partidos comunistas que se negaron a cuestionar la represión stalinista con el pretexto de la «intervención extranjera». Pareciera que se está repitiendo otro capítulo de esta misma historia.


Los demás, como los aficionados de hoy, han elegido su lado. Que no es el de los trabajadores, de la gente, de la esperanza…


*Paolo Gilardi: militante revolucionario suizo, sindicalista del sector público y colaborador de nuestra página (ir).

Este artículo son opiniones y responsabilidades del autor.

Filed Under: Campesinos y trabajadores, Educación, cultura y arte, Internacional

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