Alina Bárbara López Hernández*

Duele ver el estallido social en Cuba; sin embargo, no asombra en lo más mínimo. Las ciencias sociales no serán exactas pero no son ciegas. Si quienes dirigen cierran los ojos a la realidad, las mujeres y hombres de ciencia no debemos hacerlo. Está en juego nuestra credibilidad y, lo más importante, la vida de muchas personas y el futuro de la Patria.
Las señales
En entrevista para OnCuba hace poco más de un año, Alex Fleites me preguntó si creía que en la Isla se incubaba un nuevo momento histórico y cuáles serían sus señales más visibles. Esta fue mi respuesta:
«Sí, lo creo. Una crisis no es tal hasta que los actores sociales no toman cuenta de ella, ahí es determinante el factor subjetivo. Es una especie de malestar de época, por decirlo de un modo que ciertos críticos hallarán metafórico. Casi siempre se relaciona con el agotamiento de un modelo, fíjate que no digo de un sistema (…)
Para la llegada a ese momento de malestar existen hoy, en mi opinión, dos condicionantes. Por un lado la incapacidad de nuestros gobernantes de encauzar un camino de reformas exitoso. Ya son más de tres décadas del derrumbe del campo socialista y dos períodos de intento de reformas, uno en los noventa y otro a partir del 2010, este último incluso de modo formal y con una gran cantidad de documentación confirmatoria. Por otro lado, existe la capacidad ciudadana de someter a juicio público esa incapacidad, eso es algo novedoso. La ruptura de un canal de información unidireccional permite visibilizar las señales de alarma. Y los que dirigen lo saben bien pero han sido incapaces de responder adecuadamente.
Mi opinión es que presenciamos el agotamiento definitivo de un modelo económico y político, el de socialismo burocrático. Quienes dirigen no logran hacer progresar la nación con los viejos métodos, pero no son capaces de aceptar formas más participativas, con un peso mayor de la ciudadanía en la toma de decisiones».
El 27 de noviembre de 2020 tuvo lugar frente al Ministerio de Cultura una protesta de artistas, intelectuales y activistas (Foto: Ismael Francisco/AP)
Doce meses después, publiqué en LJC el artículo «Cuba, los árboles y el bosque», donde afirmé:
«En Cuba están maduras desde hace tiempo las condiciones objetivas para una transformación. Es indudable que la nación dejó de avanzar: la economía no crece desde hace años, la deuda externa aumenta constantemente, igual que los niveles de pobreza, y, a pesar de ello, las reformas han sido demoradas de manera inexplicable. Es evidente que los de arriba no pueden seguir administrando y gobernando como antes. Pero ¿qué ocurre con los de abajo?
Sin la maduración del factor subjetivo esa transformación no era posible. Se requería la voluntad de querer cambiar de las personas, una energía cívica que había sido aplastada por condicionamientos políticos, educativos y mediáticos. La «indefensión aprendida» también existe en un modelo socialista en el que el sistema controla en cierta medida la manera de comportarse de sus ciudadanos.
Faltando el factor subjetivo, las condiciones objetivas por sí solas no determinarían nada. Sin embargo, actualmente existen señales muy claras de su existencia. Tales signos no han sido entendidos por el aparato ideológico, que se equivoca al reducir las manifestaciones de descontento a «un golpe blando», a «una manipulación generalizada», o a la «creación de matrices de opinión negativas sobre el gobierno»; sin que yo niegue de plano que ello también ocurra. La dirección del país no termina de ubicarse en:
– El novedoso entorno que ha creado el acceso masivo a internet y las redes sociales, que los ha privado del monopolio absoluto de la información que tuvieron por décadas y ha democratizado su difusión y generado la posibilidad de campañas y denuncias ante arbitrariedades.
– Un estado de permanente polémica, visible en las redes y fomentado por la propia dirección del país a raíz de la consulta popular para la redacción de la nueva Constitución; quizás pensaron que al concluir la referida consulta y no requerirse más de nuestros puntos de vista cesaríamos de ofrecerlos, ingenuo de su parte, ahora tenemos cómo y no necesitamos de sus convocatorias.
– La declaración de Cuba como un Estado Socialista de Derecho que visibilizó mejor las prerrogativas de cubanas y cubanos y los compulsó a exigir libertades que la propia Constitución garantiza.
– La existencia de generaciones jóvenes, cuestionadoras per se, que han encontrado repercusión en generaciones mayores, ya cansadas de promesas incumplidas y reformas demoradas o interrumpidas.
Esta coexistencia de condiciones objetivas y subjetivas para una trasformación social es totalmente novedosa en el devenir del modelo socialista cubano. La cuestión que está en juego ahora no es si hay que cambiar, sino cómo hacerlo (…)
Llegados al punto en que se encuentra Cuba hoy, los caminos para un cambio social pueden ser dos: pacífico o violento. El primero de ellos, al que me adscribo totalmente, significaría aprovechar los espacios legales —muchos de ellos que habría que crear primero—, para presionar por cambios económicos, políticos y jurídicos dentro de un diálogo nacional en que no haya discriminación por motivo de credos políticos (…)
Alerto que es un momento gravísimo en este país. Se reúne un potencial conflictivo en un escenario que está siendo muy mal analizado, no solo por el gobierno sino también, infelizmente, por intelectuales y científicos sociales a los que su formación teórica y su habilidad para interpretar los hechos sociales debería separarlos de una declaración meramente ideológica (…)
Son nuestras muchachas y muchachos, dialoguemos con ellos y con la sociedad civil cubana que desea caminos de cambio y de paz. Si se escoge por el gobierno la confrontación violenta como respuesta, puede ocurrir, a gran escala, lo que ya vimos en el Vedado: un grupo pacífico de jóvenes rociados con gas pimienta; o lo que ocurrió en el Parque de la Libertad de Matanzas en la noche del sábado: un pequeño grupo que fue golpeado por miembros de la Seguridad del Estado. No importa que impidan el acceso a internet por algunas horas. Todo se conoce, y se enjuicia.
Mi conciencia no me permite callar.
El resultado
Los intelectuales que alertamos durante meses al gobierno sobre la posibilidad de un estallido social de mayor magnitud fuimos denominados mercenarios. El aparato partidista y gubernamental desconoció con negligencia las señales de alarma. Este es el resultado de su actitud.
El domingo 11 de julio, miles de personas se manifestaron en numerosas ciudades y pueblos de la Isla. Junto a los que solicitaban cambios, mejores condiciones de vida y libertades políticas; como es común en todo conflicto de estas dimensiones, también se sumó el que pretendía únicamente delinquir y vandalizar, pero esa fue la excepción, no la regla.
El presidente y primer secretario Miguel Díaz-Canel reaccionó a esos hechos, inéditos en la historia reciente de Cuba, con la siguiente convocatoria: «La orden de combate está dada. A la calle los revolucionarios».
En su primera comparecencia televisiva reconoció que entre los manifestantes había personas revolucionarias y confundidas. En la segunda aparición, el día 12, aseveró que todos eran contrarrevolucionarios y mercenarios y que lo acaecido era resultado de un plan diseñado en el exterior. Esa es la narrativa que se ha sustentado desde entonces. Para él, los miles de manifestantes no son parte del pueblo. Gran error.
Las fuerzas del orden —del Ministerio del Interior, las FAR, Tropas Especiales, los cadetes de las Academias militares y hasta la reserva—, han reprimido con violencia. También algunos grupos de manifestantes han sido violentos.
Se sabe de al menos una persona muerta y otras heridas, golpeadas y detenidas. Una parte de ellas fue liberada al siguiente día. No sucedió así en otros casos, como el de Leonardo Romero, joven estudiante de Física de la Universidad de La Habana que fue preso hace dos meses por alzar un cartel que decía «Socialismo sí, represión no». Transitaba cerca del Capitolio con un alumno suyo de preuniversitario. El muchacho intentó grabar la enorme manifestación que se había congregado allí. Lo agredieron con saña. Era un menor de edad y Leonardo lo defendió. Fueron detenidos ambos.
Leonardo Romero fue detenido en las cercanías del Capitolio. Su familia aún desconoce su paradero. (Foto: Yamil Lage/AFP)
Es imposible conocer con exactitud lo ocurrido, porque desde las 3 de la tarde de ese día fue quitado el servicio de internet en Cuba. Somos un pueblo a ciegas, sin derecho a información y sin posibilidad de expresarnos. Los periodistas oficiales demuestran con su actitud que apenas son meros propagandistas del gobierno. Caiga sobre ellos toda la vergüenza del gremio.
Declaraciones justificativas, y en ocasiones incoherentes, han marcado la tónica del gobierno. El Buró Político se reunió hoy con la presencia de Raúl Castro pero nada trascendió de lo tratado. Al parecer, no existe una hoja de ruta diseñada para resolver una situación interna como este estallido, que es presentada ante la opinión pública como una gran conspiración internacional que emergió a partir de la etiqueta SOS Cuba.
Se han limitado a pedir la eliminación del bloqueo norteamericano. Ni una admisión autocrítica acerca de reformas postergadas y transgresiones constitucionales. Ni una invitación al diálogo. Creen, o quieren hacer creer, que los incómodos apagones de las últimas semanas son los responsables de la molestia ciudadana, sin reconocer las inmensas deudas sociales acumuladas que datan de décadas.
Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Exteriores, dijo en una conferencia con la prensa extranjera acreditada que en Cuba «nadie pasa hambre». Esa afirmación es otra evidencia del nivel de desconexión del gobierno con la gente de a pie. Solo es comparable con la crítica que hiciera Raúl en su «Informe Central» al 8vo. Congreso como secretario general saliente, a la «cierta confusión» que tuvieron algunos cuadros de dirección al emprenderla contra la «supuesta desigualdad» que ha creado la comercialización dolarizada en Cuba.
La desesperación de la gente la ha lanzado al estallido, a protestas masivas en medio del peor momento de la pandemia en la Isla. Es previsible esperar un enorme crecimiento de contagios, tanto entre los manifestantes como entre las fuerzas del orden y en los grupos de respuesta rápida convocados en los centros de trabajo para mostrar apoyo al gobierno.
A todo esto se une el oportunismo político de algunas voces en el exilio que piden una solución militar para Cuba. Deben saber que afectar la soberanía nacional con la tesis de una intervención humanitaria es totalmente inaceptable para una enorme mayoría de este pueblo, incluso para muchos de los que se manifiestan hoy contra el gobierno.
Al dirigirse a la prensa extranjera, Rodríguez Parrilla argumentó con ligereza que este no era el peor momento que se ha vivido en Cuba. Es cierto que en los noventa tuvimos una crisis terrible y un maleconazo; no obstante, le recuerdo que en aquella etapa teníamos un líder con visión suficiente para ofrecer cambios a corto plazo y un pueblo con esperanzas de que ante la caída del socialismo real en Europa el gobierno tendría la inteligencia suficiente para encauzar una vía expedita y continua de cambios.
Ninguna de estas cosas existe hoy. Pero pedirle al gobierno cubano que atienda a las señales es, ya lo hemos visto, arar en el mar.
*Alina Bárbara López Hernández: Profesora, ensayista e historiadora. Doctora en Ciencias Filosóficas.
ALINA BÁRBARA LÓPEZ HERNÁNDEZ
Profesora, ensayista e historiadora. Doctora en Ciencias Filosóficas textos antiguosPaz y gestión política del conflicto
17 COMENTARIOS
ALICIA15 julio 2021 – 6:41 AM
Excelente análisis. Errores y más errores se evaden con un discurso obsoleto hasta el punto de negar la dialéctica. La continuidad y la ruptura son indispensables para el desarrollo. Aferrarse a la primera sin tener en cuenta las condiciones históricas concretas de este siglo, negar los cambios han conducido a esta crisis. Llevamos años estancados y buscando en lo externo las causas esenciales de los problemas. Las nuevas generaciones no están dispuestos a esperar 60 años más como lo han hecho sus padres.RESPONDER
MIGUEL ÁNGEL MESA15 julio 2021 – 6:47 AM
Coincido con Ud plenamente, el Estado-PCC ha hecho oídos sordos a las señales durante mucho tiempo, o quizá a reconocido las señales pero tiene la confianza de que con el poder absoluto podrá seguir como si nada, puede reprimir, puede manipular, puede hacer cualquier cosa, es la diferencia que tenemos frente a cualquier otro país donde la democracia tiene algún significado.
Por otro lado, el Estado-PCC no tendrá mucha capacidad para administrar un país, pequeño por demás, pero si ha sido muy eficiente en no permitir que surjan y se desarrollen líderes surgidos verdaderamente del pueblo. Su consigna, DIVIDE Y VENCERAS, ha sido cumplida al pie de la letra, todos los que de alguna forma pensamos diferente al Estado-PCC andamos con la espada de Damocles sobre nuestras cabezas, siempre a despensas da alguna represalia, por muy pequeña que sea, ” ese comentario te puede traer problemas”, ” este no es ni el lugar ni el momento para plantear eso”, “Si no te portas bien en el ver puede afectar tu trabajo” y cosas así.RESPONDER
ORL15 julio 2021 – 6:51 AM
No ha sido ,aún, restablecido el servicio de internet. No sé sabe exactamente lo que ocurre. La situación no puede considerarse bajo control, aunque ya ellos canten victoria.RESPONDERESTALLIDO SOCIAL EN CUBA: LAS SEÑALES IGNORADAS — LA JOVEN CUBA | CUBA NUESTRA: ÙLTIMAS NOTICIAS15 julio 2021 – 7:32 AM
[…] Estallido social en Cuba: las señales ignoradas — La Joven Cuba […]RESPONDER
ORL15 julio 2021 – 7:37 AM
Una periodista de Cubadebate dice algo simpático.
Primero. Le entramos a palos, jajaja, que luego viene el trabajo de convencimiento.
… tenemos que hacer nuestra Batalla de Ideas para recuperar a esos jóvenes que se sienten desconectados, hacerlos sentir parte, importante.RESPONDER
CUBANUESTRAEU15 julio 2021 – 7:37 AM
Genial artículo, lo comparto.RESPONDER
CUBANUESTRAEU15 julio 2021 – 7:38 AM
Genial, lo compartoRESPONDER
JOSE VARELA15 julio 2021 – 8:00 AM
Pena que se pierda una opotunidad como esta. La Salida bielorrusa esta a la vista. Vivo lejos y no doy consejos, ni haga llamados a nada, pero cubanos de la Isla: Ahora o nunca. No se dejen “meter mad muela”. No analisen mas los “porque sucedio”. Si vuelven a perdonar, la miseria se los va a tragar vivos.
Saludos.RESPONDER
MANUEL FIGUEREDO15 julio 2021 – 11:54 AM
Al pueblo que marchó pidiendo a gritos por su libertadse les llamo, indignamente como Escorias, Vándalos,Chusma,Marginales, Apátridas y Mercenarios y como tales fueron tiroteados, SI tiroteados y Apaleados ese es el diálogo del gobierno.De dónde sacaron esos horribles y relucientes uniformes Antimotines,quien se los prestó o vendió : Venezuela o Nicaragua ? Por lo menos ya tienen la experiencia de reprimir a un pueblo desarmado que lo único que pedía era:
Libertad.Pobre pueblo mío !!RESPONDER
ESTEBAN15 julio 2021 – 8:31 AM
Ayer nuestros amos nos tiraron un hueso: ahora pueden entrar medicamentos al país por parte de los viajeros, sin límite de peso y sin aranceles hasta el 31 de de Diciembre. Esa posibilidad no estuvo bloqueada por el imperialismo sino por el cruel bloqueo interno del gobierno cubano sobre el pueblo cubano.
Movamos la colita en señal de agradecimiento.
Como los cínicos y totalitarios que son junto a la represión y el corte de internet para que el pueblo quede aislado informativamente, el gobierno encabezado por el fratricida presidente no electo ha pasado a la ofensiva ideológica.
En la mesa redonda de ayer vimos a Díaz Canel, a su primer ministro y al ministro de economía mentir descaradamente, minimizar lo sucedido el 11J y días posteriores reduciéndolo todo a “pueblo confundido, mercenarios al servicio del imperialismo, delincuentes”, etc. Así quieren hacer ver las cosas en vez de intentar ver las señales que el pueblo, esta vez alto y claro, les acaba de enviar. La soberbia se los come.
Pero las condiciones objetivas y subjetivas para un estallido social definitivo siguen ahí, más fuertes que nunca. El gobierno es tan incapaz y está tan quebrado que no podrán garantizar siquiera el vaso de leche prometido por el general “retirado”. Seguirán el hambre y la escasez frente a la desidia gubernamental.
Ese gobierno está contra las cuerdas y si sigue ahí es únicamente por la represión que todos hemos visto. Estoy seguro que por cada manifestante en las calles había al menos 100 personas que no salieron por miedo, pero que espiritualmente simpatizaba con ellos.
A todos se nos erizó la piel cuando oímos los gritos de LIBERTAD porque entendimos que una llama se ha encendido para siempre.
Viva Cuba Libre.RESPONDER
LIVIO DELGADO15 julio 2021 – 9:17 AM
Profesora mis felicitaciones vuelve usted a demostrar esa afilada y quirúrgica escritura, todos tenemos muy presente sus tan acertadas entradas llamando a reaccionar y encarar la realidad de país que se iba conformando, también las descalificaciones vertidas sobre este blog y sus participantes. Insisto, fue la primera intelectual que sentencio la inminente “muerte del socialismo burocrático” sin solución aparente para reencausar el país.
De este lado y desde la distancia, muy esclarecedoras similitud de imágenes vemos hoy, en una reunión de jóvenes intelectuales frente al ministerio de Cultura que fue descalificada y acusada de pagados por el imperio para evitar el debate franco y honesto con los ya “jóvenes inconformes”, como borrar de la memoria, un arrogante ministro intentándole arrebatar de un manotazo a un joven el cell, porque lo estaban filmando y dejando para la posteridad ese mitin pacifico en busca de un dialogo inclusivo que nunca se efectúa. Como pasar por alto, un presidente de la republica que pone en practica un estudiado plan del manotazo a la red, para evitar que imágenes de las protestas y la barbarie vivida, lleguen al mundo y terminen de desmontarse la aquella imagen de “esta Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes” cuando vimos tantos humildes reprimidos y apaleados por “revolucionarios convocados”, Y ver ayer un presidente que persiste en la idea de llamar a unidad del pueblo Cubano, pero es incapaz de entender que pueblo cubano somos todos, los que consienten y los que disienten, y que debió simplemente responder como el presidente de todos en momentos tan delicados y no fue asi, al aceptar y llamar al enfrentamiento, al combate, multiplico la violencia que de ambos lados se ofrecerían como respuesta, y por ello desgraciadamente hemos visto, creo solo una parte, de esa violencia escalara a las horrendas imágenes, y esas miles de horas de imágenes todavía cautivas por el no acceso a la red.
Dado que es usted misma en su último párrafo expone la poca visión y altura política del equipo de gobierno actual que comparto plenamente, solo me queda hacer un llamado a que como dije en una entrada anterior esta misma semana “Detengan la represión y devuelvan las tropas a los cuarteles.”, una manifestación en silencio y de silencio ha de recorrer las calles de la isla antes los hechos ocurridos, para intentar seguir adelante.RESPONDER
MANUEL FIGUEREDO15 julio 2021 – 10:57 AM
Excelente artículo,agudo y oportuno.
Por fin se hizo la luz y vino el estallido social,una explosión que se veía venir y que el 11 de Julio conmovió a propios y extraños. El gobierno sigue en su trinchera de combate usando todos los medios a su disposición para reprimir al pueblo,a los humildes,a los desposeidos a los que sólo piensan tener un futuro que le arrebataron y que con ese sistema más nunca obtendrán. Si antes las cosas estaban mal,ahora será peor.No hay venda que pueda detener todo el malestar qué sale por los poros de cada ciudadano.Todos sabemos que nos encontramos ante una nueva dictadura y no es del proletariado, sinó, de los opresores.Ya nada será igual porque fuimos tiroteados,si,tiroteados y apaleados,por eso el pueblo tampoco será igual y resistirá hasta sus últimas consecuencias.La suerte está echada.
No me queda otra cosa que decir :
Patria y Vida. Muchas gracias Alina.RESPONDER
JUAN ESCANDELL15 julio 2021 – 10:57 AM
Excelente articulo al que nos tiene acostumbrado.Ahora bien esta mas que probado que con el actual gobierno no puede esperarse nada,siguen empeñados en aferrarse al poder.,y si los derechos que tiene el pueblo a tenor con su propia Constitución y que conculca descaradamente el desgobierno cubano me pregunto si ya no es hora de tomarlos o arrancarlos? Como expresara Marti,como creo es hora creo es hora también en dedicar nuestro mayor tiempo a pensar en cómo lograrlo creo esa es a lo que nos convoca el momento.RESPONDER
MARTHA BAYÓN SOSA15 julio 2021 – 11:08 AM
Lenin decía situación revolucionaria es “los de arriba no pueden, los de abajo no quieren”. Esto que paso el 11 de julio no es una revolución de colores como dicen los rusos (que se metan en lo suyo, aquí el pueblo cubano no los llamo), esto es un pueblo cansado de esperar los cambios que necesita para lograr su bienestar, no somos marionetas ni lacayos de nadie.RESPONDER
ZENON15 julio 2021 – 12:08 PM
Solo me gustaría agregar, estimada profesora, la inconveniencia política del camino escogido por el presidente. Si, como declaran, el bloqueo es la causa de todos los males, cómo ayudó mandar a apalear a los manifestantes, deslegitimizar de cuajo las protestas, a levantar el bloqueo? Creo que se estaba muy cerca de comenzar a levantar las medidas de la era Trump, y la administración Biden solo esperaba una señal que les facilitara la oportunidad para hacerlo, los Puentes de Amor caminaban hacia Washington… Y otra vez, como en el 96, se pierde la paciencia, el impulso despótico puede más, y malbarata la oportunidad. Incluso considerando solamente estos efectos de la decisión de Diaz Canel, obviando éticas y humanismos, queda muy mal parado como gobernante, como político, como líder. Y así ha ocurrido antes, haciendo cada vez más claro el oscuro juego entre los extremismos revolucionarios y contrarevolucionarios, empeñados en mantener tensa la cuerda, y en romperla de cuajo, para ver al bando contrario caerse al suelo en montónRESPONDER
MANUEL*15 julio 2021 – 12:10 PM
Ahora mismo hay una lucha interna entre el sector liberal y el sector conservador del gobierno. Díaz-Canel y Raúl Castro pertenecen al sector conservador partidario de una línea dura. Creo que van a triunfar y serán implacables con los del sector liberal. Creo que echarán del gobierno a los del sector liberal y los tratarán peor que si fuesen disidentes. Recordar que la Santa Inquisición actuaba sobre los cristianos pero no sobre los judíos, porque su función era preservar la pureza de la fe de los suyos.
Por eso pienso que vendrán años muy difíciles para Cuba, aún cuando estoy convencido de que finalmente habrá diálogo y todo cambiará.
Por favor, cuidaos todos mucho en La Joven Cuba.
Naturalmente puedo equivocarme, lo cual me alegraría muchísimo.RESPONDER
ESTEBAN15 julio 2021 – 12:25 PM
Manuel*, ¿quién encabeza el sector liberal dentro del gobierno cubano? ¿De dónde sacaste esa noticia? ¿Tienes el link?
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Fuente: La Joven Cuba:

La Joven Cuba es un equipo de investigación y análisis político que trabaja por un país justo, democrático y sostenible. Con una plataforma digital y un equipo especializado en el análisis de la realidad cubana, aspiramos a ser punto de enlace entre la sociedad civil y los decisores, mediante la investigación y la generación de conocimiento sobre la aplicación de políticas públicas.

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