
Pedro Fuentes*
Todos los pueblos de Latino América (LA) están viviendo bajo la terrible pandemia que asola y mata, especialmente a los más pobres. En medio de esa situación, y rechazando una reforma tributaria que para cumplir requisito del FMI tasa el consumo, es decir a la clase media y los más pobres, el pueblo colombiano (trabajadores, indígenas, campesinos, jóvenes), se han insurreccionado en una huelga general que se inició el 28 de Abril y que protagonizó manifestaciones masivas el 1 de mayo.
El día del trabajador en la ciudad de Cali (como muchas otras ciudades, Bogotá, Medellín, Bucaramanga) la manifestación reunió decenas de miles que desbordaron la avenida principal. Entrada la tarde, la ciudad fue militarizada, y un comandante del ejército asumió la represión con 700 soldados y policiales que tiraron y mataron 27 personas. Con las que hubo en el resto del país se suman 35. La fuerza del pueblo, los jóvenes y los trabajadores insurgentes ha llevado ahora a que el gobierno retire la reforma tributaria. Seguramente intentará que la crisis la paguen los pobres por otras vías.
En Colombia tenemos un gobierno primo hermano de Bolsonaro. Duque tutelado por el ex ´presidentes asesino de Uribe, es un gobierno que ha matado decenas de dirigentes sociales, de trabajadores e indígenas en lo que va su gobierno. Ha criminalizado la protesta social, mata y expropia tierras de los indígenas y recurre ahora en una forma ostensible al terrorismo de estado.
La huelga general es un movimiento que ha nacido de las bases, desde los barrios y las categorías y al que las direcciones sindicales han tenido que responder. Por esa falta de organización y dirección del movimiento real, existe el peligro que en una mesa de negociaciones en el parlamento ocurra lo mismo que pasó en Chile. Recordemos que en ese país, medio de las movilizaciones multitudinarias, se votó una asamblea constituyente. Estas gran conquista está condicionada porque un 40% de sus miembros (cifra alcanzable por la derecha) tiene poder de veto.
Ahora bien, más allá de cualquier alerta lo importante para nosotros los brasileros y todos los latinoamericanos es la solidaridad con el pueblo colombiano y una campaña para que se investigue la represión y se marque a fuego a los responsables.
Latinoamérica vive tiempos de cambio. En muchos países el pueblo se ha insurreccionado, levantando y protestado contra la crisis que se padece. Ecuador, Chile, Bolivia, Perú,l Paraguay, marcan ese camino. No es una avenida fácil. La respuesta en prácticamente todos los casos ha sido la represión. Si sumamos los muertos de todas las protestas no encontraremos con más de una centena. Pero la represión no intimida ni acaba con la movilización. Ayer fue en Bolivia y Chile y hoy lo es en Colombia donde el pueblo la desafía.
Nosotros brasileros estamos bajo un gobierno neofascista que nos está matando por su negacionismo ante la pandemia. Que amenaza sistemáticamente con apelar al ejército, y que no podemos descartar que quiera utilizarlo en algún momento. En Brasil se trata de terminar con este gobierno primo hermano del colombiano. Y Colombia nos da un ejemplo de lo que puede hacer un pueblo frente a las medidas de ajuste y la represión.
*Pedro Fuentes: dirigente del MES y miembro de la Comisión de Relaciones Internacionales del PSOL de Brasil.
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