
La aguda, grave, infernal e insoportable crisis que corroe la economía venezolana, no siempre está en los titulares de los medios de comunicación, ni en los “trending topic” de las redes sociales; pero cotidianamente está en las vidas y mentes de los trabajadores/as venezolanos, campesinos/as y demás sectores populares y oprimidos. Ello viene dejando en el camino una estela de miseria, hambre, muertes y separaciones y disgregación de miles de familias.
El bloqueo imperialista, principal responsable de esta situación, no tendrá fin a corto plazo. Así lo demuestran las declaraciones de Biden. Más claramente lo indica Juan González, su encargado de imponer las órdenes imperialistas en el continente americano. Mantendrán sus ataques a Venezuela, incluyendo las sanciones económicas.
Aunque se quieren deslindar del fracasado Guaidó, su política de intervención imperialista, sigue siendo esencialmente la misma; cerrando el paso a cualquier negociación. Esto echa por tierra las infundadas esperanzas que voceros del gobierno ponían en un cambio importante de política de este nuevo gobierno yanqui respecto a nuestro país y nuestra soberanía.
Rechazamos y repudiamos que se mantengan tan crueles sanciones, por eso hay que partir de la verdad y no de las ilusiones para actuar en la defensa de nuestra soberanía y de las reivindicaciones del pueblo trabajador. Sin embargo, el otro factor generador de la crisis, incluso previo a la agudización de las sanciones, ha sido la combinación de acaparamiento, especulación y elevación del precio del dólar, que ha generado la hiperinflación que carcome la economía de las familias trabajadoras. Y, en esto último, la responsabilidad principal recae en el gobierno de Maduro.
La dolarización de facto que el gobierno ha permitido y legalizado cada vez más, y que el dólar se dispara libremente arrasando con los que vivimos de salarios y sueldos en bolívares. El gobierno insiste en su política de ampliar cada vez más las facilidades para el enriquecimiento de la burguesía, la especulación y la corrupción, mientras mantiene los salarios a niveles infrahumanos.
En los últimos días hemos visto declaraciones de voceros del PSUV insistiendo en entregar el país entero a merced de la burguesía a costa del hambre y las penurias del pueblo trabajador. Destacan las posiciones de Vielma Mora (VM), hoy diputado de la Asamblea Nacional, ofreciendo la reprivatización de todo lo que fue nacionalizado por el presidente Hugo Chávez, con la sola condición de que los empresarios lo soliciten.
Desvergonzada entrega ésta, que pisotea las luchas de millares de campesinos y trabajadores que combatieron y que hoy deberían movilizarse para defenderlas y rescatar fundos abandonados, empresas abandonadas y saboteadas por los que eran sus patronos. Vielma Mora asume sin tapujos la política de entrega abierta a la burguesía nacional e imperial en contra de los intereses nacionales, de los trabajadores y campesinos de todo el país. Esa política de privatizaciones y congelamiento salarial es antiobrera, antipopular, antinacional, cruel y reaccionaria, pero además representa un completo fracaso del proyecto bolivariano.
Comprobación de esa posición pro capitalista y pro imperialista de parte de VM, es su anuncio de sometimiento a aprobación en la Asamblea Nacional del proyecto de Ley de Zonas Especiales. Política que no es sólo una iniciativa de VM sino que tiene muchos adherentes dentro de la bancada del PSUV y de antemano amparada en la Ley Anti bloqueo. Ley que no es más que una vulgar entrega de variadas zonas del país a las grandes Corporaciones para que inviertan y produzcan y saqueen las riquezas nacionales sin pagar impuesto, sin respeto a la LOTT y sin respeto a los derechos universales de los trabajadores. Ley a favor del capital en contra del trabajo. Lo lamentable es que muchos de esos diputados adherentes a las propuestas de VM fueron en el pasado oponente furibundos a las Maquilas, que es la concreción de esta Ley, que se impusieron en República Dominicana, Panamá, México y otros países centroamericanos.
¡Basta ya! La crisis no se resolverá con más entregas y privatizaciones, con salarios de hambre, y una extrema flexibilización laboral impuesta por la hiperinflación y las resoluciones gubernamentales como el célebre memorándum que eliminó de un plumazo las convenciones colectivas. En este sentido, respaldamos la posición del compañero Oscar Figuera, dirigente de la APR, de denunciar esta Ley de Zonas Especiales, y su exigencia de que la misma sea discutida con todos los sectores del país.
La crisis actual solamente se resolverá con la revalorización del trabajo. Es decir, con la reivindicación de los trabajadores como personas y como clase productiva, reactivando los aparatos productivos con el ingenio colectivo. Tal como han explicado reconocidos economistas y pensadores de izquierda como Boza, Curcio, Valdez, Salas, Britto Figueroa, etc y principalmente como quedó demostrado en la recuperación de PDVSA cuando el paro petrolero y/o lockout patronal. La reanimación del aparato económico solo será posible con la activación de la capacidad creativa de la masa trabajadora y de su rol como consumidores; con la valorización real de los salarios.
Los sueldos y salarios son el precio de la fuerza de trabajo. La apetencia capitalista los aplasta con la complicidad del gobierno de Maduro. Basta ya repetimos. Las locomotoras de la economía nacional, basadas en la industria petrolera, petroquímica, las industrias básicas, electricidad, hidrológica, telecomunicaciones, químico farmacéutico y la producción agroalimentaria se pueden poner a funcionar a niveles importantes, aun bajo bloqueo imperialista a condición de reivindicar el salario y el rol de los trabajadores.
Es impostergable una recuperación del rol del salario y el sueldo en las vidas de las familias y en la economía nacional. Los salarios deben ser aumentados e indexados de inmediato al valor de la canasta alimentaria que se calcula sería de 320 dólares mínimo, o, atándolos al valor del Petro. O, cualquier otra fórmula que permita mantener el poder adquisitivo de las familias trabajadoras. La lucha por la indexación salarial debe ser asumida de manera urgente por las organizaciones sindicales y gremiales. En ese sentido, emplazamos a la APR a ponerse al frente de la misma.
La reivindicación de la labor y del trabajador de la industria y de los servicios, de la ciudad y del campo, debe desechar de inmediato la política represiva que se ha establecido, desde el gobierno de Maduro, contra las protestas obreras y populares. Debe incluir la liberación inmediata y plena de todos los trabajadores presos por luchar o denunciar hechos de corrupción.
Secretariado Nacional de la Liga Unitaria Chavista Socialista LUCHAS.

Venezuela, 20 de abril 2021
Deja un comentario