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Insisto y Resisto

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Yuri Gagarín, el Socialismo y la conquista del Cosmos

19 de abril de 2021 por tali Leave a Comment

Celebremos el 60.º aniversario del legendario vuelo de Yuri Gagarin juntos!
Celebramos 60 aniversario del legendario vuelo de Yuri Gagarin/worldoftanks.eu

José Doménico*


Hace 60 años por primera vez un ser humano viajó al espacio. El 12 de abril de 1961 el
cosmonauta Yuri Gagarin a bordo de la nave Vostok-1 completó una órbita al planeta
desde el espacio exterior.


Fue una verdadera hazaña de la tecnología y su protagonista, de 27 años, 1,57 metros de
estatura y algo más de 60 kg, se transformó en la personalidad del momento en el planeta
entero; elogiado por su arrojo y disciplina y, por supuesto, por su logro.


Es innegable la demostración de tecnología y disciplina, tanto del hombre que lo
protagonizó como del conjunto de la industria aeronáutica de la URSS de entonces. Sin
duda forma parte importante del acervo científico y tecnológico de la Humanidad toda.
Esto ocurrió en medio de la intensa competencia tecnológica entre EEUU y la URSS,
como parte de la llamada “Guerra Fría” que se libró entre los años 50 y 80 del siglo
pasado.

lavanguardia.com


Con Europa destruida tras la Segunda Guerra Mundial, EEUU quedó como primera
potencia imperialista mundial enfrentada al poderío militar, económico y sobre todo al
enorme prestigio político que obtuvo la URSS, por ser su pueblo y territorio los
protagonistas principales de la derrota del nazifascismo.


Para el momento de aquella guerra ya la URSS había sepultado la democracia de los
consejos de obreros, campesinos y soldados, es decir, de los soviets.
Desde mediados de los años 20, Stalin había controlado el aparato estatal, tras el
desgaste de las masas soviéticas sometidos al más feroz bloqueo económico y a
invasiones militares. Estableció una férrea dictadura, arrinconando y liquidando la
vanguardia que había conducido y logrado la Revolución de Octubre de 1917 y su
defensa contra las invasiones imperialistas; o más bien lo poco que quedaba de aquella
vanguardia que dio su vida en los frentes de batalla durante cuatro años.


A pesar de la democracia perdida, la expropiación de la burguesía permitió un impulso de
las fuerzas productivas, aunque por supuesto, la orientación con la que se conduciría la
economía haría diferencias fundamentales.


Para Lenin la palanca del desarrollo fue la electrificación de ciudades, pueblos e incluso
caseríos de toda la Rusia Soviética, buscando mejorar la calidad de vida de las mayorías,
además de reducir las antipáticas diferencias entre las ciudades y los campos. Él y
Trotsky insistieron en la necesidad de romper el aislamiento al que estaba siendo
sometida Rusia, haciendo revoluciones en Europa y el resto del mundo.


Lamentablemente la historia fue otra. La sorpresa de un gobierno obrero revolucionario en
la Rusia zarista alertó a todas las burguesías del continente que rápidamente actuaron y
aplastaron los levantamientos obreros -con direcciones traidoras, titubeantes o inexpertasque sacudieron Europa tras el triunfo bolchevique.


Stalin heredó ese impulso de los medios de producción sin el control de la burguesía. Se
concentró en el desarrollo de una gigantesca industria básica. Muchas veces proclamó
que la URSS era superior al capitalismo, pues producía más acero que el resto del
mundo, cosa que llegó a ser cierta.


La burocracia en conjunto, y cada burócrata en particular, acumulan más poder personal y
más privilegios mientras más bienes del Estado administran. La burocracia se dedicó a la
acumulación de poder, desechando cualquier impulso a la revolución en el mundo y en su
propio país, pues un proceso revolucionario cuestionaría sus groseros privilegios y su
régimen antidemocrático.


La propaganda estalinista sobre el “socialismo en un solo país” era la excusa para no
luchar por el socialismo en ningún país y para asfixiar lo que quedaba de socialismo en la
URSS. El desarrollo industrial hizo crecer la economía y el poder de la burocracia, pero fue
separándose cada vez más de las necesidades de las masas soviéticas.


Jruschov capitanearía la URSS encabezando la misma burocracia de Stalin, tras su
muerte en 1953. Más allá de las críticas a algunas de las más terribles atrocidades de
Stalin, se mantuvo la misma dinámica de acumulación de poder burocrático y falta de
democracia para las bases obreras, campesinas, populares y de nacionalidades impuesta
por Stalin.


Esta vez el símbolo del éxito fue el “desarrollo científico técnico”. Millones de páginas de
publicaciones provenientes de la URSS llegaron a las manos de activistas de izquierda y
trabajadores del mundo proclamando los avances tecnológicos de la URSS como la
demostración de la superioridad del socialismo. Del socialismo que asfixiaban fronteras
adentro de la URSS y del resto de Europa del Este. Del socialismo que aplastarían con
sus tanques en el levantamiento de consejos obreros de Hungría en 1956, y en
Checoslovaquia en1968.


Al correr de los años, esa misma burocracia con Gorbachov, Yeltsin y otros a la cabeza
aprovechó el descontento de la población para restaurar de nuevo la explotación
capitalista, transformándose cada uno de ellos en burgueses propietarios de los medios
de producción.


El ícono de aquel desarrollo científico técnico fue la hazaña protagonizada por Yuri
Gagarín. Con el vuelo orbital del Vostok-1, los rusos pusieron un paso adelante en la
competencia aeroespacial y en la campaña mediática que esto significaba en todo el orbe.
Se elogió la conquista del cosmos, que se percibía al alcance de la mano. Se soñó con
un futuro promisorio de la Humanidad, en que la tecnología nos daría acceso a recursos y
posibilidades infinitas para la Humanidad.


Tal brillo fue algo opacado ocho años más tarde por la llegada del hombre a la Luna en
cohete yanqui, con una megacampaña política y publicitaria; aunque al pasar de los años
se han tejido sobre este alunizaje hipótesis de fraude mediático, aun no claramente
dilucidadas.


La primera posición cambiaba de mano, ratificando y ampliando la ilusión de la conquista
del cosmos, como solución a tantos problemas.


Al año siguiente del vuelo de Gagarin saldría a la luz un libro Silent Spring (Primavera
Silenciosa), que denunciaba la devastación ecológica que estaba haciendo en el mundo el
uso del insecticida DDT. Era una alerta sobre la extinción de las aves por la acumulación
del pesticida en las cadenas tróficas. Fue la primera alerta ecológica que sacudió la
opinión pública. Los propios medios de comunicación burgueses, cuestionaban al futuro
que podía deparar los alabados dioses de la tecnología y el desarrollo.


Seis décadas más tarde, nos preguntamos ¿será la conquista del cosmos la solución a
los problemas de la Humanidad?


La izquierda mundial está, querramos o no, impregnados del desarrollismo que ha
abarcado a la Humanidad de los dos últimos siglos.


Sorprendidos por nuestras propias capacidades creativas y constructivas, los humanos
hemos igualado en nuestra conciencia tecnología con desarrollo, y a la vez desarrollo con
bienestar. Pero esto no es cierto.


En los inicios de la Humanidad, las necesidades humanas dispararon la inventiva y eso
aumento la productividad del trabajo, logrando una creciente satisfacción de las
necesidades, a las cuales estaba dirigido; pero eso dejó de ocurrir hace bastante tiempo.
En la actualidad, en la fase imperialista del capitalismo, la tecnología y las actividades
económicas que la utilizan están dirigidas a la maximización de las ganancias de unos
pocos capitalistas y no al bienestar colectivo, no a la satisfacción de necesidades de las
mayorías, cada vez más empobrecidas.


Esa es la razón de la depredación salvaje incontenible que el capitalismo hace al planeta
y de la generación exponencial de desechos, que nos conduce a un desastre de
proporciones apocalípticas.


Nada lograríamos con acceder a recursos fuera de nuestra planeta para que sean
devastados por el Capitalismo en una ampliación de su sistema de explotación y opresión
humanas, llevando los desequilibrios naturales más allá de la órbita terrestre. Reorientar
las capacidades creativas de la Humanidad es urgente.


Los revolucionarios debemos construir una teoría y un discurso profundo de la salvación
del planeta. Vinculándonos a los avances científicos, a los cambios epistémicos , a la
evaluación del impacto de las nuevas tecnologías y a los movimientos ecologistas
debemos completar y desarrollar el programa histórico de la clase trabajadora, en función
de dar respuesta a la tremenda crisis ecológica planetaria y proponer a los trabajadores y
oprimidos del planeta tareas para nuestra efectiva salvación colectiva; lo que sin duda
pasa por la eliminación y superación del capitalismo y el inicio de la construcción del
socialismo.


*José Doménico: militante de LUCHAS y miembro del Consejo Editor de IR

Filed Under: Educación, cultura y arte, Internacional, Opiniones y debates

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