
María Jimena Duzán y Rodrigo Botero sobrevolaron las sábanas de la Orinoquía y la selva amazónica. En este primer informe de Ríos voladores se encontraron con un espectáculo dantesco: la selva encendida y sobre ella una densa capa de humo que se extendía como una gruesa nata, producto de las innumerables quemas. Abren a la fuerza nuevas carreteras y lotean la selva para ganadería extensiva.


Fuente: SEMANARIO VIRTUAL CAJA DE HERRAMIENTAS
Deja un comentario