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Insisto y Resisto

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Venezuela: situación de los asalariados

10 de marzo de 2021 por tali 2 Comments

Razones por las cuales el gobierno no quiere discutir el tema del Salario

Ricardo Adrián*

El salario mínimo legal es hoy un tema álgido en Venezuela, porque además de ser el más bajo del mundo, coloca al descubierto un enjambre de contradicciones; el mismo pasó de 476 dólares en 2012[1]  a 30$ en agosto del 2018 y para la actualidad se sitúa en 0.68$[2], lo que contrasta con el costo de la canasta básica estimada en 254 dólares[3], conllevando esta situación a un período de agudas penalidades para el pueblo trabajador que entre caminar y trabajar gasta más calorías de las que consume, comprometiendo así la salud y la vida.   

Presionados por la calamidad, más de 4 millones de trabajadores jóvenes y calificados[4]  han optado por migrar a mercados laborales en otras naciones con precarios derechos[5] y en muchos casos sometidos a discriminaciones de todo tipo; quienes se quedan en el país, son forzados a un nuevo régimen laboral ilegal que fue impuesto por el estado en plena crisis y a espaldas de las mayorías: flexibilización laboral y bajísimos salarios, que obliga a la par a la mayoría de los trabajadores a tener que integrarse a la economía informal, al rebusque en las sobras del mercado interno u otras formas de explotación como el teletrabajo, jornadas laborales ilegales de más de 10 horas para mínimamente sobrevivir.

De esta forma crece el malestar, en la calle se exacerban los ánimos, crecen las protestas obreras en Guayana, en Carabobo, en Lara y en casi todo el país, pero aun así, es el debate político derivado de la posición crítica suscitada por la APR (Alternativa Popular Revolucionaria) la que denunciando el desvío programático del gobierno nacional trae el tema de los salarios y la situación de los asalariados al primer orden. Como respuesta, salen los encubridores del régimen burgués, brotan los Jesús Farías y los monetaristas neoclásicos del banco central a coincidir con José Guerra y Haussman, con Francisco y Miguel Rodríguez a presentar como novedosas las viejas recetas de los liberales como las únicas soluciones a equivocadas premisas sobre la grave crisis social y económica.

Se les escucha decir en contra del incremento del salario nominal “que todo incremento de salarios genera automáticamente incremento de precios y no de producción”, aclaran, ya que la producción interna en manos de los privados se encuentra condicionada por variables externas como pueden ser las nuevas dificultades por las sanciones para el acceso, disposición y movimiento de divisas, de sus capitales y por ende del comercio de importación para traer desde materias primas, piezas, partes y repuestos, en consecuencia explican estos “nuevos” liberales que una presión de incremento de salarios/demanda al no poder presionar un alza de la producción degeneraría en incremento de precios.

Por tanto, dirigidos por esta lógica, el gobierno lejos de guiar a través de controles la elevación de la producción opta por el contrario por ceder los controles (de precios, de cambio y hasta el cobro de aranceles por importaciones) y toda presión sobre la producción (incrementos salariales y controles a la producción) y se decide a partir de 2018 en promover estímulos a los capitalistas para que estos consigan condiciones para solucionar en su beneficio las variables externas y se vean entonces motivados a elevar la producción; es sobre la base de esta nueva productividad que concluyen estos economistas liberales que se darán las mejores condiciones para incrementar progresivamente los salarios.

Otro argumento que desde el gobierno se esgrime en contra del incremento salarial es: “no se puede incrementar el Salario Mínimo Legal (SML) ya que el gobierno es el principal empleador y debido al “bloqueo” no cuenta con recursos orgánicos suficientes para incrementar los salarios y las pensiones” para ello debe acudir a programas de incentivos, a la inversión extranjera para la recuperación de la producción petrolera y otros ramos claves de la economía y captar así sus divisas.

Como vemos en esta lectura impuesta como política económica por el gobierno desde Agosto de 2018, que concibe y dota a la burguesía de un papel revolucionario y transformador en la economía, constituye un cambio de concepción económica- estratégica del chavismo en el gobierno, ya que sustituye el rol del estado en los controles a la economía y le cede este control a la burguesía esperando que las propias dinámicas de mercado generasen automáticamente las condiciones de recuperación económica. Por tanto, esta lectura presenta “el bloqueo” o las sanciones como causa central que ocasiona directamente la caída de los salarios, los incentivos a la productividad (privada y extranjera) como el único pilar de las soluciones, y por tanto la negativa a cualquier incremento nominal de salarios considerados a priori como “demagogia” e inconvenientes.

Nos interesa destacar la diferencia entre sanciones y medidas de gobierno, entre la adversidad externa= la caída de los precios/producción de petróleo, las sanciones que recaen sobre los ingresos nacionales y sobre la producción interna bruta y luego el papel de las medidas económicas implementadas por el gobierno y del capital privado para en esta recesión sostener la tasa de ganancias de la burguesía haciendo recaer los salarios.

Una lectura rápida a los resultados de esta política nos proporcionará los elementos principales para juzgar su pertinencia y validez.

 Con todos los estímulos, La burguesía no incrementó la producción

Como sabemos, la política económica del gobierno de Maduro (2013-2021) ha optado por enfrentar la crisis de la economía incentivando a la burguesía, para que como lo han explicado los economistas liberales= sosteniendo su tasa de ganancias no cierren sus unidades económicas y por el contrario incrementen la producción. En 2018 un asesor chino haría una recomendación al gabinete económico en pleno[6] “derribar los controles estatales e incentivar a los privados”, como sabemos el gobierno acató esta recomendación, pero que es lo que ha ocurrido desde entonces.

De acuerdo a un informe de la CEPAL en 2019[7]  “El PIB de la economía venezolana se redujo un 25,5% en 2019, lo que supone una contracción acumulada del 62,2% respecto del nivel de 2013. Para el 2020 y aunada a la crisis por el covid19 la producción interna se estima que decreció cerca del 15% más, todo esto lo que resume el hecho que con todos los estímulos la burguesía no elevó la producción interna como esperaba el gobierno nacional, pero en contraste y paradojicamente sí creció la bolsa de caracas[8], sí se incrementó vertiginosamente la adopción, uso y cambio de criptomonedas[9]  y también se duplicaron las importaciones de productos de consumo final[10], lo que devela que frente a la recesión de la economía real, los capitalistas han abierto vías especulativas y comerciales para traer divisas con el fin de explotar plusvalor interno y fugarlas 8 veces más, esta es la tendencia de la burguesía nacional, una clase social que frente al mercado mundial monopolizado por las oligarquías financieras, funcionan como furgón de cola de estas, pudiendo obtener sus ganancias sirviendo sólo como un anclaje neocolonial de las oligarquías imperialistas sobre las naciones donde operan. Este es el carácter de la burguesía venezolana.

Otro dato muy importante para evaluar el comportamiento de la burguesía en relación con la política de incentivos implementada por el gobierno nacional es que a pesar de que estos no sirvieron para incrementar la producción interna como hemos visto, lo que sí ocurrió es que las riquezas se concentraran mucho más en las manos de los capitalistas forzando directamente una abrupta reducción de los salarios, como veremos a continuación:

Se redujo la producción pero se concentraron las riquezas afectando a los salarios relativos

De acuerdo a las investigaciones publicadas por Pascualina Curcio, tomando como base el cómo se distribuyen las riquezas del Producto Interno Bruto (PIB), nos expone que los ingresos de los asalariados en Venezuela han descendido en caída libre respecto a las ganancias de la burguesía, “En 2014 según el BCV, la burguesía se quedaba con el 31% de la producción nacional (PIB) y los trabajadores con el 36%, Para el 2017, siendo la torta más pequeña (el PIB se redujo a la mitad), los burgueses se comieron la mitad de la torta (el 49%) y nos dejaron tan solo el 18% al bojote de trabajadores (…) Los trabajadores hemos visto desplomar nuestro salario en más de 100% entre 2014 y 2017 y la burguesía aumentó 247% el grado de explotación durante ese período.

Como vemos, en Venezuela desde el año 2014 y en plena recesión, las riquezas se han venido concentrando cada vez más en “los bolsillos de la burguesía” cuyas ganancias las pueden imponer/sostener en el río revuelto de la hiperinflación y la devaluación, es decir, mientras los precios de todas las mercancías se han incrementado ante la devaluación (presión de la demanda interna de divisas mundial) y la hiperinflación (presión de la demanda interna sobre la disminución de la producción), se han pagado menores salarios en términos relativos.

Según datos del BCV publicado por P. Curcio, en 2016 por cada bolívar destinado a la remuneración del salario iban a parar 21 a la cuenta del capitalista, en 2017  pasó a ser 1 por 30 Y aunque la economista advierte que el BCV no ha publicado cuentas consolidadas sobre el comportamiento de la economía de 2018 a 2020, afirma lo siguiente: “Nuestra hipótesis es que son más desiguales dada la mayor hiperinflación. Por el hecho de que desde 2017 y hasta junio de 2020 los precios aumentaron 716.308% consecuencia del ataque al bolívar, mientras que los salarios nominales incrementaron tan solo 20.102% desplomándose 97% el poder adquisitivo de los trabajadores públicos y privados, más los públicos”.

Cabe resaltar, que los salarios en épocas de recesión descienden en relación directa con el incremento de las ganancias ya que como explica Karl Marx[11] El salario se halla determinado, además de por su relación con el mercado laboral interno (salario nominal), y con el acceso de los mismos con los productos de la canasta básica (salario real) sobre todo, se halla determinado por su relación con la ganancia, con el beneficio obtenido por los capitalistas: del cual se hace un salario relativo, proporcional, lo explicamos con Marx:

Si al valor de una mercancía, descontamos todo el trabajo pretérito, es decir materias primas y maquinas, lo que nos queda es el trabajo vivo, este es el único fondo del que tanto los trabajadores como el capitalista sacan su respectiva parte o dividendo, al ser esta es una magnitud concreta; todo aumento de salario no incrementa los precios, sino que hace disminuir la ganancia, y viceversa, un incremento de las ganancias ya sea por la vía del aumento de los precios o la devaluación de la moneda implica una reducción de los salarios.

Indexar salario o salario 0

Un aumento rápido del capital equivale a un rápido aumento de la ganancia. La ganancia sólo puede crecer rápidamente si el precio del trabajo, el salario relativo, disminuye con la misma rapidez. Si, por ejemplo, en una época de buenos negocios, el salario aumenta en un cinco por ciento y la ganancia en un treinta por ciento, el salario relativo, proporcional, no habrá aumentado, sino disminuido.

¿Que es importante saber aquí? Como las fuerzas del salario y la ganancia al hallarse en razón inversa pugnan por despojarse mutuamente, en otras palabras, la parte que se apropia el capital, la ganancia, aumenta en la misma proporción en que disminuye la parte que le toca al trabajo, el salario, y viceversa. La ganancia aumenta en la medida en que disminuye el salario y disminuye en la medida en que éste aumenta. Y es esto lo que ha ocurrido agresivamente en Venezuela desde 2014.

La Dolarización y los estímulos a la burguesía importadora; la cacareada atracción de inversiones extranjeras.

Otra de las miras de la tesis de los “estímulos a la burguesía”, ha sido la necesidad de atraer las inversiones extranjeras para poder captar divisas, al respecto, el gobierno ha organizado toda una serie de simplificaciones de trámites, reducción o incluso suspensión del pago de impuestos,  garantías legales y financieras y hasta la tara social que ha significado la flexibilización laboral.

A pesar de estos estímulos, de acuerdo a las publicaciones de la economista Pascualina Curcio basadas en datos del BCV, la inversión privada extranjera no solo no aumentó, sino que cayó: en 2017 ingresaron 706 millones de dólares por concepto de inversión directa extranjera, realmente nada si se compara con el tamaño de nuestra economía, pero sobre todo si se compara con los dólares que se llevaron a sus países por concepto de repatriación de ganancias que, ese año 2017, sumaron US$ 7.548 millones.

En 2018, la inversión privada extranjera bajó a US$ 403 millones y el primer trimestre de 2019 (último dato disponible) en lugar de entrar los capitales extranjeros, por el contrario, salieron US$136 millones. Mientras tanto esa misma burguesía transnacionalizada se llevó como parte de sus ganancias, US$ 7.957 millones en 2018 y US$ 1.971 millones solo el primer trimestre de 2019.

Las inversiones privadas extranjeras nunca llegaron a nuestro país a pesar de la liberación cambiaria y de la ley de promoción de inversiones extranjeras: cayeron 251% al comparar el primer trimestre de 2019 con el de 2018 (las inversiones se hicieron negativas en 2019) y solo entre enero 2018 y marzo de 2019 se llevaron US$ 9.928 millones por concepto de las ganancias que obtuvieron en territorio venezolano.

En síntesis por cada dólar que traen las fulanas inversiones extranjeras, fugan 8 dólares fuera del país constituyendo esta situación un verdadero desangre económico.

El Gobierno prioriza pagar la deuda externa y sacrificó los salarios

Como hemos reseñado entre los años 2014/2018, los salarios se desplomaron en más de 100%, una de las causas de esto fue la utilización como prioridad de importantísimos recursos nacionales para el pago de la deuda externa, permitiendo la devaluación de la moneda, por ende el incremento de ciclos inflacionarios, río revuelto por el que la burguesía impone/sostiene su tasa de ganancias y presiona el desplome de los salarios.

El gobierno respondió a esta adversidad de forma temeraria, incrementó el pago de la deuda externa con Rusia/China entre otros acreedores; Venezuela pagó 80.000 millones anuales en intereses por deuda externa entre el 2013 y el 2015, que como lo expresa quien fuera ministro de economía del gobierno de Maduro en 2016 Luis Salas “el gobierno buscaba centralmente sostener las alianzas con sus socios internacionales para obtener futuros financiamientos comprometiendo la estabilidad de la cuestión interna”[12].

Entonces como vemos, el gobierno consideró prioritario el pago de la deuda externa (financiamiento internacional) cuantiosos recursos con los que hubiera podido lograr una estabilización económica interna, sin embargo ante tanto pago no pudo reducir el tamaño de la deuda, el gobierno o bien pagó íntegramente los intereses sobre la deuda, o mientras descontaba deuda, inmediatamente volvía a endeudarse.

Según datos del BCV publicados por Pascualina Curcio, para el primer trimestre de 2019, la deuda externa sumaba US$ 110 mil millones, de los cuales US$ 91 mil millones es pública y la diferencia es privada. A inicios del 2013 era de US$ 130 mil millones. A simple vista pudiésemos pensar que la hemos disminuido durante estos 6 años, pero no ha sido así. Desde el 2013 hemos pagado unos US$ 97 mil millones: US$ 57 mil millones en capital y US$ 40 mil millones en intereses. Según los mismos datos del BCV hemos adquirido nueva deuda por US$ 31 mil millones.

Déficit Fiscal autoinflijido: El gobierno deja de cobrarle impuestos a la burguesía

Un argumento fuerza que ha lanzado el gobierno nacional contra el planteamiento de elevar los salarios en la administración pública, es de plano que “no hay recursos”, nos responden que debido a las sanciones imperialistas el gobierno no tiene la capacidad de pagar salarios que permitan la sobrevivencia de los trabajadores o dicho de otra forma tal y como reza el artículo 91 de la Constitución Nacional “un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales, lo que debe ser garantizado por el estado que ajustará el salario mínimo legal ajustándolo al costo de la canasta básica”.

Ya hemos ahondado sobre dos de las razones por las que el gobierno se ha quedado con ingresos reducidos: la caída de la producción/exportación petrolera, la decisión de pagar ininterrumpidamente la deuda externa, a estas viene a anexársele, el hecho que ante la política económica de aperturas e incentivas el gobierno ha optado por hacer excepciones fiscales a la burguesía, es decir, ha dejado de cobrarle impuestos a los que más tienen.

Hoy Venezuela recauda en impuestos el 9% de su Producto Interno Bruto, lo cual es el más bajo de América Latina cuya media es de 23.1% de acuerdo a datos de la CEPAL publicados por la economista Pascualina Curcio; de ese 9% de recaudación, el 86% proviene del Impuesto al Valor Agregado (IVA), que es el impuesto al consumo que pagamos los trabajadores cada vez que compramos algún producto y el resto (el 14%) corresponde al Impuesto Sobre la Renta del que también los trabajadores pagamos una parte, en síntesis, es el pueblo trabajador quienes aún sometido a ajustes económicos, somos los que pagamos el grueso de los impuestos que mantienen el mínimo funcionamiento de la maquinaria estatal.

Mientras tanto a la burguesía importadora en el marco de estas políticas de incentivos por parte del estado, se le ha condonado el pago de aranceles.

De esta forma el estado hace un sacrificio, se autoinflinje un déficit fiscal con el objetivo de la vieja receta liberal presentada como novedosa, “disciplina y ajustes para lo público e incentivos y aperturas para los privados”.

Un objetivo clave para imponer los estímulos a la burguesía y los ajustes a los trabajadores: ha sido desmontar las organizaciones defensivas y de control de la clase trabajadora.

2.            La destrucción de las resistencias autónomas de la clase trabajadora y la imposición de la flexibilización laboral y el salario mínimo.

En la decisión de priorizar y honrar la deuda externa para abrir canales de financiamiento internacional, en detrimento de la inestabilidad interna, el gobierno pasó a tomar medidas para imponerle una pausa a las resistencias autónomas de la clase trabajadora y por ende se acude a lo que Gramsci denominó una revolución pasiva, es decir un proceso en el que se desmontan las condiciones organizativas y de lucha a la clase trabajadora y se desmontan los objetivos y conquistas.

Después que el comandante Chávez en el momento de la promulgación de la Ley Orgánica del Trabajo y de los Trabajadores (2012) se refiriera a la importancia estratégica de un movimiento obrero independiente, revolucionario y crítico, el viraje restaurador del gobierno ha tenido que cambiar esta precisión estratégica, lanzándose en primer momento a cooptar a los principales dirigentes y estructuras sindicales del movimiento obrero, como la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores que al menos desde el año 2014 han guardado un silencio frente al desmontaje de las conquistas y derechos de la clase trabajadora.

Cooptados los principales directivos sindicales, bajo la bandera del enemigo externo, de la revolución asediada y de la lealtad con el gobierno, devino la desconexión entre los obreros medios y de base, la incapacidad de los trabajadores para articular sus demandas y por ende la dispersión de las luchas del que solo queda la impotencia; lograda esta condición es que el gobierno nacional procedió a satanizar a toda disidencia obrera disgregada, esto ocurrió principalmente en las empresas denominadas estratégicas del estado= PDVSA, industrias de la CVG, Corpoelec, sector salud y educación, Misma situación ocurrió con buena parte de los sindicatos de las empresas privadas en las que se usaron a voceros sindicales para implementar la política de las suspensiones a decenas de miles de trabajadores.

Como puede deducirse, la imposición de esta ofensiva de desmontaje de los derechos de los trabajadores, el gobierno y el capital privado se han valido de las actuaciones del Ministerio del Poder Popular para el Proceso Social del Trabajo; instancia que antes de la restauración venía ejerciendo un arbitraje en defensa de los derechos de los trabajadores, especialmente la defensa del salario y de la inamovilidad laboral que antes era sostenida por el gobierno y contra los capitalistas bajo amenaza de suspenderle a los patronos la solvencia laboral lo que les impediría obtener petrodólares (liquidación de divisas del estado); y que ahora en otra situación, con las reservas internacionales diezmadas, el gobierno ejecuta desde el ministerio del trabajo una flexibilización laboral presentándola como una prioridad para defender/sostener la tasa de ganancias de los capitalistas (para que no se vayan) en detrimento de los derechos de la clase trabajadora.

La aplicación en beneficio de los capitalistas del artículo 148 de la LOTT que promueven las suspensiones.

Una enorme concesión dada por el ministerio del trabajo a la burguesía es la aplicación totalmente amañada del artículo 148 de la LOTT, que lejos de cumplir su esencia: “proteger los puestos de empleo”, ha sido implementado para separar a miles y miles de trabajadores de sus puestos de empleo, ya que los patronos se declaran en dificultades económicas (sin presentar sus cuentas y estructuras de costos).

Esta fórmula que empezó a finales de 2017 con despidos de 2.700 trabajadores de Coca Cola Femsa y otros miles más de empresas Polar y Firestone (Alice Neumaticos) se convirtió en seguida en una maniobra de todas las patronales e incluso de las gerencias de las empresas estatales para materializar despidos masivos encubiertos.

Protección del proceso social de trabajo | Asesor Legal Virtual de Venezuela

Se aplica el memorándum 2792 y se desconocen los derechos de contrataciones colectivas

En 2018 el gobierno nacional emite una resolución para condicionar las contrataciones colectivas a los intereses de las patronales[13]; El documento autoriza nada más y nada menos que a desconocer derechos contractuales y salariales a criterio del patrono, así como deja en suspenso el ya limitado derecho a protestar[14].

De esta forma, las contrataciones laborales quedan sujetas a las tablas salariales cuyo piso es el salario mínimo legal, que el gobierno sostiene a menos de 1$ mensual pudiéndose regular por condiciones de mercado laboral es decir a discreción de la burguesía.

¿Es importante que los trabajadores luchen por mejores salarios en el marco de la crisis?

Como ha demostrado la situación de los asalariados en Venezuela, sin resistencias autónomas de la clase trabajadora, sin su presión constante y articulada los salarios pueden reducirse a cero, desintegrarse convirtiendo a la mayoría trabajadora en una legión de hombres y mujeres quebrantados tal y como lo visualizó Marx, también vemos con claridad que al contrario las ganancias de los capitalistas no tienen ninguna regulación o limites, tal fue la pretensión del control de precios o ley de precios justos, lo que terminó en una parodia de control burocrático; como lo hemos expresado anteriormente, la determinación de los límites de las ganancias solo pueden dirimirse en la batalla incesante entre capital y trabajo, es decir, “el capitalista pugna constantemente por reducir los salarios a su mínimo físico y prolongar la jornada de trabajo hasta su máximo físico, mientras que el obrero presiona constantemente en el sentido contrario, El problema se reduce, por tanto, al problema de las fuerzas respectivas de los contendientes”[15]

Si la tendencia general de la producción capitalista empuja con todas sus fuerzas a reducir los salarios, a hacerlos bajar hasta sus límites máximos; en Venezuela tras 7 años de recesión continua esta tendencia se torna más voraz e implacable, nos preguntamos cómo, frente a esta situación puede la clase trabajadora renunciar a defenderse contra las usurpaciones del capital? Si así lo hicieran, “Si en sus conflictos diarios con el capital cediesen cobardemente, se descalificarían sin duda para emprender movimientos de mayor envergadura.»[16]

Los trabajadores de Venezuela tenemos que luchar contra las condiciones que nos ha impuesto la burguesía, las presiones del capital transnacional y el estado, debemos pelear por mejores salarios y condiciones laborales, por acceso a los servicios, a la salud y educación y a la canasta básica, esto sólo puede ser el producto de una gran y audaz Re- articulación de las fuerzas de los trabajadores.

Y si bien esta lucha por exigencias económicas contra la calamidad es fundamental para articular a la clase trabajadora y así contrarrestar la calamidad en este momento, estas luchas deben servir y convertirse al mismo tiempo, en una palanca para la emancipación definitiva de los trabajadores.

Los trabajadores deben mostrar a través de su articulación condiciones para pasar a la ofensiva, de mostrarse con capacidad para ejercer los controles a la producción y por tanto guiar su crecimiento, debe ser capaz frente al chantaje del cierre patronal de tomar las empresas y mantenerlas operativas, de planificar y reorganizar toda la economía, lograr estas condiciones es la condición principal para poder superar la calamidad.


[1]   https://www.latercera.com/noticia/chavez-aumenta-el-salario-minimo-y-lo-deja-en-476-dolares/

[2]   https://www.bancaynegocios.com/ivss-deposito-pension-de-marzo-equivalente-a-us068/

[3]  https://www.bancaynegocios.com/cendas-fvm-canasta-alimentaria-familiar-costo-en-enero-us25425/

[4]  https://www.acnur.org/noticias/press/2019/6/5cfa5eb64/refugiados-y-migrantes-de-venezuela-superan-los-cuatro-millones-acnur-y.html?gclid=CjwKCAiAm-2BBhANEiwAe7eyFFf7TIwxGWxD0wy2NMqYWNC8MSvagIhtG_SaHpcVMFNux-r61h6fmRoCYe0QAvD_BwE

[5] https://www.aporrea.org/ddhh/n363350.html

[6] https://www.bancaynegocios.com/un-asesor-chino-le-dio-lecciones-de-economia-al-gobierno-en-vtv/

[7] https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45000/91/BPE2019_Venezuela_es.pdf

[8] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-55325780

[9] https://www.criptonoticias.com/comunidad/2020-ano-adopcion-bitcoin-criptomonedas-pagos-venezuela/

[10] https://www.finanzasdigital.com/2020/03/importacion-de-productos-de-consumo-final-duplica-su-valor-ante-flexibilizacion-economica-en-venezuela/

[11] http://www.ehu.eus/Jarriola/Docencia/EcoMarx/salario,%20precio%20y%20ganancia.pdf

[12] https://www.aporrea.org/economia/n360953.html

[13] https://www.elnacional.com/economia/gobierno-emite-resolucion-para-eliminar-los-contratos-colectivos_260363/

[14] https://www.laizquierdadiario.com.ve/DOCUMENTO-Que-es-el-Memorando-2792-y-por-que-los-trabajadores-deben-exigir-su-anulacion

[15] http://www.ehu.eus/Jarriola/Docencia/EcoMarx/salario,%20precio%20y%20ganancia.pdf

[16] http://www.ehu.eus/Jarriola/Docencia/EcoMarx/salario,%20precio%20y%20ganancia.pdf

*Ricardo Adrián: Comunicador Social, Marxista y militante de Trabajadores Uníos

Filed Under: Campesinos y trabajadores, Opiniones y debates, Política e economía

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Comments

  1. TCR says

    11 de marzo de 2021 at 03:16

    El Colorario de este articulo es impulsar la presión social obviando el proyecto social emprendido por Hugo Chavez, el cual supone su perfectibilidad en medio de esta crisis inédita, impulsada por el imperialismo. Me sumo con más fuerza a la idea de desmontar los mitos económicos, en este caso, con la propuesta de Indexación Salarial, promovida por Boza y Valdez, y también por P Curcio. En el escenario de su implementacion, sería pertinente la Movilización de los trabajadores para defender la recuperación del poder adquisitivo que se derive, así como las amenazas del Capital por tal motivo.

    Responder
  2. Isaac Berroterán says

    14 de marzo de 2021 at 08:18

    No entiendo por qué, contanta evidencia, no terminan de sacar la conclusión de que hay que salir del gobierno y se limitan a consideraciones abstractas de «enfrentar a la burguesía»

    Responder

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