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Insisto y Resisto

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Venezuela: La insurrección el 27 y 28F los días que nos mantienen en este «por ahora…»

5 de marzo de 2021 por tali Leave a Comment

Emir Loreto*

Dedicado a los asesinados a sangre y fuego por parte de un gobierno, su presidente y una oligarquía parasita que no podían seguir manteniendo ya como gobernantes el status quo, del viejo régimen democrático burgués, mucho menos la prosperidad que ofrecieron en la campaña.

El 27 y 28 de Febrero es expresión del descontento social. No pudieron los discursos ni las personalidades recién invitadas a la coronación de CAP, contener la rabia, el malestar que causaban los anuncios de las políticas fondomonetaristas del gobierno, al mismo tiempo que permitía el acaparamiento y el sobreprecio de los productos básicos.

Esos hechos, guisados con la desigualdad social que se venía profundizando gobierno tras gobierno, agudizando las contradicciones del sistema capitalista por no poder brindar ninguna satisfacción a las necesidades del pueblo trabajador y explotado, que día a día como vemos hoy, su salario no alcanza para el mantenimiento de sus hogares.

Honor a Yulimar Reyes líder de la juventud universitaria que cayó muerta por las balas de los cuerpos de seguridad cuando se iniciaba el rio de sangre, anunciado detrás de la «SUSPENCION DE LAS GARANTÍAS» en el país, al igual que los muertos anónimos, a los niños, mujeres y hombres que escribieron esta historia. Historia odiada por las clases dominantes y luego calumniadas tratando de desprestigiar el alcance y la fuerza de esta lucha entre clases irreconciliables.


Los asesinatos a mansalva de miles, era de la única manera de poder frenar esta poderosa avalancha humana que había logrado gobernar por dos días, sin llegar a saberlo. Los hechos así lo atestiguan: era el levantamiento de los de abajo contra los ricos, era la superación de las barreras legales que le impedían alcanzar el cielo soñado.

A todos esos héroes, un reconocimiento porque continuaron las páginas de los explotados por los conquistadores; contra su iglesia; contra la corona del Imperio español; contra los Mantuanos; contra la oligarquía terrateniente y tantas otras luchas que ha librado el pueblo explotado de Venezuela

¿Qué fue el 27 y 28 de febrero de 1989?

La discusión sobre el sentido histórico de este levantamiento popular, estará enmarcado en ver los hechos, no como un supuesto analista político «imparcial», ni como un relator tal como se hace desde la academia, o desde el periodismo acrítico, como parlamentarios o voceros que defienden el orden burgués. Lo tenemos que hacer como militantes revolucionarios, por tanto, no nos detendremos en los que escriben la historia tradicional. Es decir, la de los hombres ilustrados que al mismo tiempo están predestinados establecer o a permitir los logros por encima de las clases sociales en pugnas. Así, de esta manera quieren esconder las luchas que han llevado las masas contra las condiciones de miseria en las que han vivido, al enfrentar el orden que ya no quieren ni pueden continuar soportando.

El 27 y 28 de Febrero es la lucha de los trabajadores, la juventud y los oprimidos del país contra el Estado burgués que es vendido como un órgano para el desarrollo social y garante de la igualdad, fraternidad entre las clases sociales, vendiendo como modelos a los Estados Unidos y a Europa para lograr un desarrollo similar en un futuro no inmediato, tal como lo plantean hoy desde el gobierno del Presidente Nicolás Maduro que agrega el modelo chino.

Esta insurrección popular la analizaremos desde el punto de vista del revolucionario León Trotsky que propuso una elaboración histórica de «porque las cosas sucedieron de ese modo y no de otro». Este planteamiento tiene la necesidad histórica de sacar a la luz, las leyes que gobiernan los «sucesos históricos».

Trotsky parte de las especificidades que se desarrollan en cada revolución, como hecho histórico, para quienes vimos como se desarrollaban y como intervenían de manera directa en estos acontecimientos que abrirían y profundizarían la lucha de clases en el país hasta la presente fecha, con sus ritmos que no son iguales en ninguna parte de las naciones que enfrentan al sistema mundial capitalista parasitario.

La crisis del capitalismo en Venezuela

Los sucesos que se desarrollan para ese momento en el país no caen del cielo, ni se hicieron de la nada, los antecedentes de la época remontan a finales del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, el que fue señalado por los economistas burgueses y algunos intelectuales de la izquierda como la «Venezuela Saudita». El país navegaba con importantes ingresos financieros producto del valor del precio del petróleo, que pudo haber servido para arrancar con el desarrollo del país, pero la burguesía venezolana y su gobierno de entonces, prefirieron compartir el botín con el imperialismo, y sus representantes en el gobierno.

Carlos Andrés Pérez, de la «Venezuela Saudita» al Caracazo/elmundo.es


Esta oferta de la «Venezuela Saudita» que parecía viable, pronto vería que es el espejismo que no pueden llevar a cabo ningún gobierno socialdemócrata, ni las clases dominantes por que significa enfrentar al imperialismo. Y, buscar la vía de menor resistencia, es mantener a la mayor parte del país en condiciones de pobreza. Y, eso fue la «Venezuela Saudita», y ocurrió mientras el presupuesto y la mayor parte de la llamada renta petrolera se lo robaban a manos llenas.

En Acción Democrática aparecieron los grupos que a sangre y fuego se apoderaban de control de partido para llevarse una parte de la torta del presupuesto y de las riquezas del pais, al lado de los nuevos y viejos grupos económicos y el Imperialismo. Ellos se llevaron la tajada mas grande de la torta y cada vez las oportunidades para mejorar las condiciones de vida del pueblo trabajador y pobre eran desmejoradas.

Posteriormente, en los quinquenios siguientes con la baja de los precios de petróleo cada vez las migajas que habían logrado arrancarles a través de la luchas sindicales se las arrebataban con recortes presupuestarios o aumentos de precios. Tal cual es la tónica de la sociedad dividida en clases.

Frente a esta situación las masas venían dando la lucha desde décadas pasadas contra esta situación. Los acontecimientos del 23 de Enero de 1958 empezaron a presentarse en un proceso que nadie podía definir o profetizar como acontecería y cuándo se definiría. Lo único cierto es que cada día las contradicciones se hacían insalvables. Los choques, manifestaciones, huelgas estaban a la orden del día contra un orden político, económico y social que eran enfrentadas en la calle por el mantenimiento de un orden burgués que había nacido corrupto y podrido en donde la clases dominantes y sus representantes políticos que se beneficiaban de la riqueza petrolera.

Marx explicó: «que las tradiciones de todas las generaciones muertas oprimen como una pesadilla el cerebro de los mismos» lo que iba a suceder en cualquier momento como consecuencia de la situación que se vivía en el país, como los procesos históricos con sus tradiciones que estaban inscritos en la memoria histórica iban a brotar para expresar el descontento contenido y el 27 de Febrero se «estaba preparando» desde las ciudades dormitorios para que se desplomaran los muros que iban a sacar a la superficie las contradicciones sociales que enfrentan a las clases antagónicas en una sociedad capitalista.

El 27F es el inicio de una historia que será escrita por hombres vivos y no abstractos que esperan la llegada de un mesías para que cumpla la misión de salvar el mundo del capital, después de lograr o intentar cambiarle su naturaleza de explotadora, la lucha de clases se expresa como es y de esa manera los de abajo, los invisibles, los trabajadores insurgieron para tratar de cambiar sus destinos que no tiene futuro dentro de capitalismo parasito que existía y que existe hoy

La insurrección del 27 y 28 de Febrero, Marx lo dibujó ,cuando dijo: «los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo condiciones elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias en que se encuentran directamente, que existen y que les ha sido legada por el pasado».

La parálisis del estado burgués

El movimiento que inician los trabajadores en los terminales de las ciudades dormitorio es la chispa que rápidamente recoge todo el malestar social de la incertidumbre de la situación política y económica del país. Los anuncios del gobierno sobre los precios, con la realidad que mostraba el de obtener ganancia mayores los distribuidores y comerciantes, con el encarecimiento, la especulación y la desaparición de los productos básicos, son los elementos incendiarios y que genera el malestar.

La insurrección va tomando fuerza, se extiende a Caracas y las masas empiezan a ganar confianza a cada instante que logran hacer retroceder a los odiados cuerpos de seguridad, y e inmediatamente nuevos grupos se incorporaban hasta que llega el momento que quienes gobiernan las calles es el pueblo que ha derrotado a los cuerpos de seguridad. El 27 y 28 no existe ni el gobierno, ni el Estado, todo había sido paralizado por la acción insurrecta de las masas populares.

Trotsky explica hechos como esos así: «es en esos momentos decisivos, cuando el orden establecido se hace insoportable para las masas, estas rompen las barreras que la separan de la palestra publica, derriban a sus representantes tradicionales y con su intervención crean un punto de partida para el nuevo régimen» y eso fue lo que se constató para esos dos históricos días.

El movimiento insurreccional acaba con las teorías de los partidos que habían gobernado al país y con las ilusiones en que pudieran hacerse unas reformas significativas en favor de las clases explotadas, contenidas estas en el programa de la «Nueva Venezuela». De inmediato, el gobierno de Carlos Andrés Pérez entró en una profunda e irrecuperable crisis y no puedo cumplir nada de lo que ofrecía.

El capitalismo parasitario venezolano no puedo para aquella época resurgir como tampoco lo puede el que ofrece ahora el Presidente Nicolás Maduro. No la tuvo para ese momento el gobierno de Pérez y quienes le sucedieron hasta el gobierno de Chávez, mucho menos en esta etapa cuando no pudo superar la crisis del 2008 y además estando contagiada como está, por los efectos de la pandemia del Covid 19.

El modelo capitalista, no tiene la capacidad para desarrollar tal proyecto de crecimiento y prosperidad económica, y menos que menos, en países dependientes, en especial el nuestro, que vive las consecuencias económicas de un país en guerra, peores que las sufre la propia Siria. Ni el imperialismo chino, ni el norteamericano, ni el europeo tienen hoy la posibilidad para ayudar lograr ese sueño borroso con el que desea hacerlo el gobierno del presidente Maduro. Los enfrentamientos y escarceos, que han venido teniendo estos últimos años los Estados Unidos vs China y estos frente a la Unión Europea, son reflejos de las incapacidades económicas de los capitalistas y sus corporaciones cada uno de esos países.

Las clases dominantes en el mundo, al instante de ver que tienen en peligro o casi perdidos sus privilegios, luego de temblar bajo el escalofriante sismo social que sienten, preparan sus cajas de herramientas para volver a entrar a la escena con cualquier método, y no les importa si es fascista o con propaganda de «falsos positivos». Las maneras (tácticas) no les importa, lo que importa es el objetivo (estrategia), el cual es: volver la situación a su favor.

Pedro Carmona Estanga el empresario presidente: 12 de abril 2002/TeleSur

Es esa la misma clase social, que en nuestro país con sus variantes y con algunas particularidades en abril del 2002 lanzaron el golpe de Estado contra el «Presidente amigo», el comandante Chávez. Pero que volvieron a conocer de la furia salvaje de las masas , cuando a las 48 horas del 11A se les hace correr y huir del Palacio Presidencial. Desde allí el temor permanente a la aparición de los fantasmas de Guacaipuro, los levantamientos de los negros, expresados en Chirino, los Boves, los Piar, los Zarazas, los Ezequiel Zamora de la Guerra Federal y otros que sacuden y barren lo que las masas no quieren.

Pero una clase opresora que no es destruida, que ha visto a su clase enemiga inrrumpir contra su gobierno, pero como en el caso de la insurrección del 27 y 28 de Febrero no supo que era dueña de su propio destino por unas horas y días, no haciendo conciencia que había paralizado a un gobierno que evaporó sus ilusiones del voto popular y hasta logrando que no apareciera ningún alto funcionario público con capacidad de asumir la responsabilidad de ordenar el baño de sangre, esa clase opresora y asesina terminó siendo salvada.

El mejor ejemplo del tamaño de la crisis de esa clase opresora, conspiradora y perdonada, fue cuando el Ministro del Interior, Octavio Lepage, fue anunciar en cadena nacional por radio y Tv la medida de querer «poner orden», sufrió una baja de tensión apenas al empezar su intervención y no pudo anunciar las medidas represivas. Así el gobierno continuó en el limbo por unas más, y las masas habían hecho su labor depuradora, les falto la organización política revolucionaria, un partido como el de Lenin y Trotsky para intentar desaparecer a esta clase parasita

El 27 y 28 el pueblo trabajador hace su trabajo, construye su historia cuando de manera violenta, pone al gobierno hambreador y desde entonces asesino contra las cuerdas. Sin embargo, la maginitud de la insurrección fue contra todo el sistema capitalista y los gobiernos antecesores que había administrado la renta petrolera a favor de los opresores, privilegiados, explotadores del país

La represión fue sangrienta contra un pueblo desarmado, todo el odio de clase de los capitalista se desató. La «Nueva Venezuela» de la campaña electoral el Presidente Carlos Andrés Pérez se convirtió en lo contrario. Las lecciones del 27 y 28 todavía muchas organizaciones y personalidades no la hemos asimilado. Nos queda recordar algunas afirmaciones de los clásicos que nos ayude para la próxima estar mejor preparados:

Karl Marx en su libro «La Lucha de Clases en Francia» dijo:«era la lucha por el mantenimiento o aniquilamiento del orden social burgués, la Fraternidad proclamada en Febrero entre las clases antagónicas, donde una explota a la otra, es la expresión verdadera, autentica de la guerra civil, la guerra entre el Capital y el Trabajo». Algo de eso estuvo con el Caracazo. La «Suspensión de Garantías», lo habían hecho en los años de 1960, cuando el mismo Carlos Andrés Pérez era Ministro del Interior en el gobierno de Rómulo Betancourt bajo el lema de «disparen primero y averiguen después».

Durante las jornadas de junio de 1848 en Francia, cuando la clase obrera planteaba sus reivindicaciones, igual fue la matanza en los días finales de la Gran Comuna de Paris; así asesinaron a Karl Liebnecht y a Rosa Luxemburgo en Alemania. No obstante, sus ideas y luchas están presentes, en Indonesia, en Chile, Argentina y, el 11 y 12 de abril 2002 en Venezuela también.

Las insurrecciones «de los de abajo» sigue estando presente. Los explotados seguiremos teniendo la fuerza para liquidar a los enemigos de clases y construir una nueva sociedad, fundamentada en una economía para beneficio de la mayoría con democracia, planificada y socialista al servicio de una nueva sociedad. Ese es el resplandor de luchas que libran los trabajadores en el mundo contra todo tipo de orden capitalista existente.

*Emir Loreto: profesor de Educación Básica y militante revolucionario desde los tiempo del MIR.

Filed Under: Campesinos y trabajadores, Opiniones y debates, Política e economía

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