Meagan Day*
La decisión de Joe Biden de instalar a dos ex ejecutivos de BlackRock** en su gabinete es una señal importante de su deferencia hacia Wall Street y los superricos. Pero también es un signo de los tiempos: la empresa de gestión de activos más grande del mundo está revolucionando las finanzas al invertir en el capitalismo mismo.
Hasta ahora, las administraciones presidenciales estadounidenses del siglo XXI han estado repletas de ex ejecutivos de Goldman Sachs. ¡Pero ahora amanece un nuevo día! Joe Biden los ha desterrado y los ha reemplazado con selecciones de gabinete vinculadas al gigante de la gestión de activos BlackRock. Algo ha cambiado fundamentalmente.
Con toda seriedad, si bien la instalación de ejecutivos financieros en puestos clave del gabinete no es nada nuevo, la prominencia de BlackRock en comparación con las instituciones financieras más antiguas y establecidas es una señal de los tiempos. La empresa, fundada en 1988 por Larry Fink, quien anteriormente había sido pionero en valores tóxicos respaldados por hipotecas del tipo que hundió la economía veinte años después, está situada en una frontera financiera.
BlackRock es la empresa de gestión de activos más grande del mundo, con cerca de 8 billones de dólares en activos bajo su control. Posee una participación del 5 por ciento o más en casi el 98 por ciento de las empresas en el índice S&P 500, incluidas Apple, Microsoft, JP Morgan Chase, Wells Fargo, y la lista continúa. Poseer el 5 por ciento de las acciones de una empresa es suficiente para dar a cualquier accionista una gran influencia.
BlackRock es, por tanto, una empresa que posee acciones de otras empresas, y es la más grande de esas empresas. Es el mayor de los fondos de gestión de activos de los » Tres grandes «, BlackRock, Vanguard y State Street, que juntos constituyen el mayor accionista en el 88% de las empresas del índice S&P 500 y el 40% de todas las empresas que cotizan en bolsa en los Estados Unidos. . (En particular, BlackRock es el accionista más grande del mundo en combustibles fósiles, y administra más de $ 87 mil millones en acciones de compañías de petróleo y gas).
La empresa está profundamente arraigada en las finanzas de todo el mundo. “No hay prácticamente nada en el mercado financiero en lo que BlackRock no esté involucrado de alguna manera”, dice el corresponsal de Wall Street Heike Buchter. Esta integración brinda oportunidades aparentemente infinitas para que BlackRock se enriquezca. Por ejemplo, BlackRock no solo posee acciones en empresas, sino que también ofrece sus servicios como auditor. Los gobiernos y los bancos centrales contratan a BlackRock para auditarlos y asesorarlos sobre qué hacer con las instituciones financieras nacionales, instituciones en las que BlackRock es a menudo accionista.
En su calidad de accionista, BlackRock no tiende a desempeñar un papel activista, lo que significa que generalmente se alía con la administración corporativa en las reuniones, adoptando un enfoque de no intervención en público, excepto en raras ocasiones. Pero BlackRock es tan poderoso que puede dirigir una audiencia privada con la administración corporativa y establecer sus preferencias directamente. Al conocer el poder que ejerce la empresa como propietario, los gerentes corporativos sin duda están ansiosos por hacer lo que BlackRock ha indicado que quiere.
Pero aunque es capaz de ejercer una gran influencia, BlackRock no está especialmente comprometido con el destino de una empresa en particular. En cambio, las empresas de gestión de activos como BlackRock se preocupan más por el rendimiento del capital en su conjunto. Como Brett Christophers argumentó recientemente en Jacobin , «Lo que sirve a los intereses de la comunidad de inversión institucional moderna no es tanto ver que esta o aquella empresa se desempeñe bien, sino mantener la confianza en el capitalismo como un modo de producción y reproducción social y económica». Mientras los capitalistas en algún lugar obtengan grandes beneficios, BlackRock puede idear formas de beneficiarse.
En otras palabras, BlackRock no vive o muere realmente por inversiones particulares en empresas capitalistas individuales, sino por una inversión general en el capitalismo mismo. Incluso más que los bancos de inversión como Goldman Sachs, entonces, los intereses de BlackRock son sinónimos no solo de los intereses de una empresa, sino también de un gran capital.
Un conocedor de la industria financiera le dijo al Wall Street Journal que las selecciones de BlackRock de Biden envían «una señal clara a la industria para que respire más tranquilo: pueden planificar la estabilidad sin tener que enfrentar nuevos riesgos regulatorios o fiscales masivos». El mensaje enviado por dos personas designadas por BlackRock es que servir a los intereses del capital, no solo a esta o aquella empresa o incluso a un sector, es la principal prioridad económica de la administración Biden, y está dispuesto a reclutar a los capitalistas más despiadados del mundo para que lo ayuden a servir.
*Meagan Day: es redactora de planta de Jacobin . Es coautora de Bigger than Bernie: How We Go from the Sanders Campaign to Democratic Socialism
Fuente de la información: Jacobin
**Nota de Insisto – resisisto. org: BlackRock es el gigante mundial empresarial Nº1 . Maneja a los laboratorios Pfizer, Glaxo, quienes están detrás del Laboratorio Biológico de Wuhan, China. Recomendamos buscar y ver las cantidades de empresas ubicadas en distintas países relacionadas con BlackRock.
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