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Insisto y Resisto

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EL DESTINO DE LA REVOLUCIÓN NICARAGUENSE VISTA POR UNA MILITANTE DE LA BRIGADA SIMÓN BOLÍVAR: Respuestas de Nora Ciapponi:

18 de noviembre de 2020 por tali Leave a Comment

«Nicaragua, duele!«

EL FRENTE DE MUJERES DE LUCHAS ha querido hacerle este merecido reconocimiento a la Compañera Nora, militante argentina que apreciamos y respetamos mucho en Venezuela, como sabemos también se le aprecia y recuerda en México, Colombia, Nicaragua y su amada Argentina. Dada nuestra preocupación por el destino que está teniendo la revolución nicaraguense y viendo como se está entretegiendo y enmarañando nuestro proceso bolivariano.

Nora Ciapponi en la Brigada Simón Bolívar, Nicaragua – entrevista publicada en  Revista Contrahegemonía web al cumplirse 40 años de la revolución.

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Así se informaba del llamado a constituir la Brigada Internacionalista desde el más importante diario de Colombia;

“En calle 17 nº 4-49, oficina 201 de Bogotá, están necesitando gente. No dan trabajo ni prometen enriquecer aspirantes de la noche a la mañana a través de la venta de enciclopedias. Lo único que ofrecen es la posibilidad de perder la vida, sometiéndose a riesgos e incomodidades y llevar durante un tiempo incierto una vida llena de peligros. A cambio sólo brindan la oportunidad de luchar por la liberación de un pueblo. En este lugar funciona la oficina de reclutamiento de combatientes colombianos que quieran voluntariamente alistarse en la lucha armada contra la dictadura de Anastasio Somoza en Nicaragua”

(Daniel Samper Pizano, El Tiempo, Colombia, mayo de 1979)

La Brigada fue integrada por voluntarios colombianos, costarricenses, mexicanos, panameños, argentinos, además de un compañero alemán.   

¿Dónde estabas y qué hacías cuando se hizo la convocatoria?

Nora: En el ´76 cuando se dio el golpe de estado no me fui del país por decisión propia. Estuve hasta el año 1979 llevando la tarea de defensa y lucha por los presos y desaparecidos del PST (Partido Socialista de los Trabajadores que fue ilegalizado). Junto a familiares de nuestrxs compañerxs y un equipo integrado por el abogado Enrique German Broquen y varias compañeras, al que luego se incorporó Luis Zamora. Realizábamos diversas tareas de relacionamiento internacional con Amnesty y otrxs organismos, a la par de desarrollar la atención de nuestros presxs en las cárceles, apoyándonos en sus familias, relacionándonos con el CELS y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.

Las madres de desaparecidxs del  PST fueron, desde la primera hora, parte integrante de las Madres de Plaza de Mayo, algunas de ellas muy reconocidas, como Cota Senar, Mary Zampichiatti y otras. Tuvimos más de cien desaparecidxs durante el golpe de estado, y fuimos blanco de ataque también con el gobierno de Isabel Perón en manos de las Tres AAA.  De 1976 a 1979 fueron años muy duros, muy difíciles y especialmente, dolorosos.

En 1979 aflojó un tanto la represión por la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para la cual se preparó la dictadura -sin éxito-,  dado que miles de personas hicieron largas colas para presentar denuncias por sus hijxs u otros familiares desaparecidxs…

Mientras esto ocurría en Argentina, Nicaragua era noticia cotidiana por la cual vibrábamos con la esperanza de cambiar el signo de retrocesos, golpes de estado y derrotas en Latinoamérica.  La insurgencia que allí se vivía tenía un gran apoyo en todo el continente.  El odio contra Somoza y el respeto al Frente Sandinista de Liberación, eran grito y causa  común de los pueblos latinoamericanos.

Así, en Argentina, la constitución de la Brigada en Colombia por parte del hermano PST (Partido Socialista de los Trabajadores) nos comprometía a hacer nuestro esfuerzo. Ya había sido convocado un compañero que actualmente es dirigente de Izquierda Socialista en nuestro país,  Miguel Sorans,  y se necesitaban otrxs compañerxs de similar experiencia, por lo que me ofrecí a integrar la Brigada.  

La convocatoria pública en Colombia fue dirigida especialmente a lugares de trabajo, sindicatos, barrios, universidades, colegios,  no sólo para ir a combatir militarmente, sino también para colaborar de la manera que fuere para aportar al triunfo del pueblo nicaragüense, sea  informando lo que se vivía en Nicaragua o llamando a extender la solidaridad en Colombia.  Así se realizaron colectas en los lugares de trabajo para costear los viajes de los brigadistas, sumándose luego numerosos artistas e intelectuales, todo lo que hizo que el llamado y la solidaridad se fueran extendiendo, anotándose miles de voluntarios, muchos más de los que se podían trasladar.

La selección debía ser rigurosa dada la importancia de la actividad que en Nicaragua se desarrollaría junto al FSLN. Pero lo que es importante aquí destacar es la disposición y solidaridad potencial que tienen los pueblos, incluso para dar la vida por ir a combatir a un país hermano, tratándose de derrocar a un tirano tan odiado durante décadas, como lo fue Somoza.

El otro elemento muy importante que nos llevó a la constitución de la Brigada es que teníamos una formación internacionalista, con la que en numerosas oportunidades rescatábamos la experiencia de España en la lucha contra el franquismo, cuando el activismo europeo cruzaba las fronteras de sus países para incorporarse al bando republicano, formando brigadas. O también en nuestro continente, en Nicaragua mismo, en las distintas oportunidades en que EE.UU. invadió y activistas de Guatemala, Honduras o El Salvador se alistaban para luchar junto a Sandino y su ejército de campesinos pobres, reconociéndose como parte indisoluble del pueblo centroamericano, artificialmente dividido por las oligarquías del área y EE.UU. para mejor reinar. 

¿Y cómo saliste del país cuando eras conocida por tu candidatura en 1973?

Tuve que salir con pasaporte falso, claro. Primero saliendo de Aeroparque hacia Uruguay, luego Chile hasta Panamá para luego viajar a Costa Rica. Tuve el contratiempo (que me hizo perder quince días en Panamá) de no poder ingresar a Costa Rica sin visa. Allí, en Costa Rica, estaban los compañeros de la BSB que hacían entrenamiento previo e iban ingresando a Nicaragua por el Frente Sur. Cuando llegué al lugar, quedaban muy pocos compañeros.  La espera de quince días en Panamá hasta que me dieron la visa provocó el retraso, aunque tuve la suerte de contar con la ayuda de compañerxs de ese país -a quienes no conocía-,  a la espera de la documentación.    

Llegué  finalmente a Managua desde Costa Rica el mismo 19 de julio, cuando el FSLN junto al pueblo insurrecto había logrado la huida de Somoza. Llego con un pequeño grupo de combatientes de la BSB que permanecían en Costa Rica.  

El júbilo que se vivía era inmenso e inagotable. Ya había sido derribada la famosa y pesada estatua del tirano que supimos ver en tantas fotos y que inspiró a Ernesto Cardenal en un poema:

«No es que yo crea que el pueblo me erigió esta estatua / porque yo sé mejor que vosotros que la ordené yo mismo. / Ni tampoco que pretenda pasar con ella a la posteridad / porque yo sé que el pueblo la derribará un día»

Nadie podía o quería dormir esa noche tan llena de tensiones y sentimientos encontrados, donde imperaba una inmensa alegría y gran esperanza.   

Y si bien los festejos llevaban mucho tiempo, estaban lejos de haber finalizado. Horas y horas en esa plaza inmensa, toda y a pleno para que la ocupe el pueblo festejando. La efusividad, los abrazos, la inmensa alegría, el dolor acumulado, estallaban por todos lados. Seguramente  en El Salvador, Guatemala, Honduras o Panamá o en muchos lugares de latinoamérica tampoco se dormía esa noche. Somoza, finalmente, ya no estaba, había abandonado el país y el poder, ayudado por EE.UU.   De esa manera también caía como un castillo de naipes, la temida y famosa Guardia Nacional. 

Dijiste que nos contarías sobre Bluefields

La Brigada realizó una parte muy importante de su actividad en Bluefields, ubicada en la Costa Atlántica, dado que otro grupo de combatientes provenía desde Costa Rica (Puerto Limón) en barco pesquero. Los brigadistas fueron muy bien recibidos por la población, lo que permitió unir fuerzas para trabajar para constituir las milicias y la conformación de los Comités de Defensa.

No se sabe por qué razón el FSLN no tenía más que una débil presencia en la zona. Tal vez fuera por el difícil acceso, tal vez por la influencia de una fuerte burguesía apoyada por el somocismo, propietaria de empresas pesqueras y de conserva, de origen yanqui.  

Lo cierto es que a los pocos días del triunfo, los obreros de distintas empresas se manifestaron en la ciudad exigiendo profundos cambios -dado que derrotado Somoza- las cosas seguían igual.  En una empresa se decidió no ir a trabajar porque se constituiría el sindicato. Se eligieron los delegados, luego se realizaron reuniones por sector para definir los reclamos, y se le entregó a la Empresa un pliego de diez puntos que fue rápidamente aceptado por la patronal.  El ejemplo fue se fue extendiendo rápidamente a numerosos lugares de trabajo, formalizándose doce nuevos sindicatos.    

Las reivindicaciones que la clase trabajadora exigía por otra parte, no eran distintas a las que el FSLN contenía en su programa… 

Las patronales yanquis y/o somocistas, viendo los reclamos y decisión de sus trabajadores comienzan a unirse con lo que se polariza cada vez más la situación… El nuevo Comandante Sandinista designado vacila sobre qué hacer, provocando mayor confusión entre los trabajadores y dejando espacio vacío para que la burguesía contraataque y apela a una gran cantidad de mercenarios que envía como representantes del FSLN.” Ante el mentiroso ardid, se les exige que entreguen las armas, por lo que huyen.  

El ataque final -ya unificada la burguesía- es cuando se atrinchera en un colegio donde tienen más de ochenta armas de todos los calibres.  Se produce enfrentamiento armado en medio de las marchas de uno y otro sector, durando el enfrentamiento cerca de tres días.  La sublevación de la burguesía es aplastada.  Cuando las cosas comienzan a calmarse, llega una gran tropa sandinista de Puerto Cabezas que ocupa Bluefields y controla la situación.  

Pregunta: ¿Mientras tanto qué ocurría en Managua?  Contanos sobre la organización de los sindicatos

Los dos compañeros del PST Colombiano que asumieron la dirección de la Brigada acordaron con la dirección del FSLN un lugar para que pudiéramos funcionar, en el que se centralizaría nuestra actividad.  Así, nos facilitaron una importante casa, muy grande, ubicada en el centro de Managua, perteneciente a un senador somocista que huyó como otros tantos burgueses cuando vieron como inevitable la caída de Somoza.     

El reconocimiento popular del pueblo nica a los combatientes internacionalistas era muy grande. Así lo fue con la Brigada “Victoriano Lorenzo”impulsada por el gobierno panameño, y especialmente con la BSB, quién en combate había perdido a tres compañeros y allí estábamos para colaborar en lo que fuere necesario.  Cundía un ánimo colectivo tan poderoso por transformarlo todo, de un despertar profundo por dejar atrás las largas décadas de oscurantismo y tiranía, que no paraban de preguntar y preguntarse, también decididos a opinar, decidir, resolver, construir otro futuro del que se sentían parte…

El conocimiento que entre los brigadistas había compañerxs que tenían experiencia gremial, fue corriendo de boca en boca. Así nos preguntaban cómo formar un sindicato, como reunirse todos,  qué hacer ante la huída de los patrones de sus empresas, cómo organizarse a partir de la caída de la dictadura.  Al igual que en Bluefields se opinaba que nada de lo viejo  debía quedar en pié, porque no se había hecho una revolución tan grande y tan costosa en vidas, años y sufrimientos, para que todo siguiera igual.

A quienes nos venían a buscar les preguntábamos que querían hacer.  La respuesta era casi

Siempre la misma:

Queremos constituir nuestro sindicato pero no sabemos cómo se hace…

Orientábamos con cuestiones sencillas,  en primer lugar que se convocara a todxs lxs compañerxs del lugar de trabajo para realizar una asamblea y allí decidir entre todos a quiénes querían elegir como delegados. También dejar en claro que  fueran honestos, que no se vendieran, que tuvieran personalidad para defenderse de las trampas del patrón; que consulten todo y con todxs lo que consideren se debe hacer, y antes de hacerlo… Que estén dispuestos  a cambiar de opinión escuchando. Que se vote y luego se respete el resultado. También, y muy importante,  que quienes resulten elegidos sean buenas personas,  solidarios ante las necesidades de cualquier compañerx.

Y así, con toda sencillez pero con mucha firmeza, se desarrollaban las asambleas, comenzando por la expulsión de los esquiroles (alcahuetes), fueran buchones de los capataces, del Jefe o del patrón.  Se nombraba a cada uno de ellxs y por cada uno se gritaba Fueraaaaaa!!!   Así, una vez realizada  la “limpieza” comenzaba la asamblea.

Tantas décadas y generaciones sin hablar, tanta bronca y tristeza contenidas parecían haber quedado muy lejos.  Porque quien tomaba la palabra hablaba con fuerza y sentimiento,   explicando lo que sentía o consideraba se debía hacer colectivamente y a partir de ahora.   

Así, las asambleas terminaban con mucha emoción y abrazos por los firmes primeros pasos que se estaban dando.

También queremos legalizar el sindicato en el Ministerio de Trabajo

Fuimos a la sede de la BSB con los delegados recién elegidos y quienes quisieran acompañar al Ministerio luego. Allí contábamos con una máquina de escribir, hacíamos el acta de la asamblea en la que poníamos los fines que tendría el sindicato,   los nombres de los delegados, la cantidad de trabajadores presentes en la asamblea, etc. 

Nos trasladamos con alrededor de veinte compañerxs de la fábrica al Ministerio. Había un solo empleado y nada de público…

Venimos a legalizar este sindicato (entregando el acta uno de los nuevos delegados)

Y esto qué es?  pregunta el empleado

Es el acta de la asamblea que eligió el sindicato hoy

Esto no sirve – dice-, no puede ser, porque las leyes dicen esto y esto…

Los nuevos delegados comienzan a retrucar al empleado:

Pero no te das cuenta que esas leyes no sirven más, que acá hubo y hay una revolución y vos todavía no te diste cuenta?  No nos vamos de aquí hasta que no se apruebe el sindicato y nos des un papel que diga eso…

El empleado finalmente y ante la presión de los presentes, firmó la aceptación… 

Luego de este resultado para formalizar el primer sindicato se allanó el camino.  La experiencia se extendía y reproducía…

La BSB colaboró así,  en la construcción de aproximadamente 120 sindicatos de empresa, contando los de Blueffields y otras ciudades, la mayoría de Managua. 

Luego se nos ocurre -intercambiando ideas con algunos delegados de empresas- que sería bueno construir una central sindical que agrupara a los nuevos sindicatos. Que para eso sería bueno convocar a una reunión.

La reunión se hizo. Estábamos a pleno en el local facilitado a la BSB, el que tenía un salón grande que fue cubierto con la presencia de gran cantidad de delegados y activistas de los nuevos sindicatos,  dispuestos a construir la nueva Central.  El Frente propuso que se llamara “Central Sandinista de Trabajadores”. Varios de los presentes de manera espontánea propusieron que  lxs  compañerxs de la BSB no se debían ir, que debían quedarse en Nicaragua por la experiencia que tenían  en el trabajo gremial, lo que fue apoyado por la amplia mayoría.  También se propuso que el gobierno debía otorgar la ciudadanía nicaragüense a los brigadistas…

Ambas propuestas respecto a nosotros -que desconocíamos- nos sorprendieron en primer lugar a nosotros mismos…

Porque en el torbellino y la euforia de una inmensa revolución como la que estábamos viviendo, quisimos ubicarnos donde ser útiles, cuidándonos siempre de no sustituir.  Debían ser los trabajadores nicas quienes hablaran en las asambleas, las dirigíeran y resolvieran junto a sus compañeros. Simplemente, porque era lo que querían,  cansados de obedecer y bajar siempre la cabeza.  Tampoco nos sentimos “intrusos en casa ajena”porque fuimos insistentemente convocados fraternalmente a colaborar y transmitir la experiencia que tuviéramos.  Y  porque seguimos creyendo, que las revoluciones no tienen dueñxs…

Como luchadorxs y/o militantes de muchos años, tuvimos junto a compañeros de la BSB sin otra experiencia que la que estaban transitando, la inmensa posibilidad –tal vez única-  de disfrutar intensamente de momentos tan soñados…

Los días previos a nuestra expulsión

Unos días antes que la dirección del FSLN llamara insistentemente por radio a los integrantes de la Brigada a hacerse presentes en el ex Bunker de Somoza, miembros de la BSB,  integrados a las comunas de Managua informaban que se estaban desarmando aceleradamente las milicias populares por parte de la conducción del FSLN, aún cuando ello provocaba la protesta e incomprensión de los pobladores que consideraban necesario mantener esos organismos bajo el control popular, imprescindibles para responder al sostenido hostigamiento somocista y/o cualquier otro intento intervencionista. La medida se concretó igualmente, sin debate alguno con los habitantes de los barrios y las milicias, lo que provocó uno de los primeros malestares con las directivas y metodologías impuestas desde arriba por parte del FSLN.   De esa manera se convocó a  los milicianos a integrar el nuevo Ejército o Policía Sandinista, o caso contrario, a disolverse.

Rápidamente se había decidido construir un típico ejército burgués, sin derechos de organización política  ni sindical para la tropa. También, sin control de organismos del movimiento de masas ni de los soldados sobre los mandos…  

                                   Ya ve usted, nosotros no somos militares.

                                 Somos del pueblo, somos ciudadanos armados.

                                                                             Augusto Cesar Sandino

La mayoría de los miembros de la Brigada, por tanto, vislumbrábamos el objetivo por el que éramos convocados por la dirección del FSLN.

No éramos los únicos que preveíamos un amargo desenlace. Los rumores y el “olfato colectivo”, corrían aceleradamente,  por lo que trabajadores de los sindicatos recientemente organizados y los miembros de las comunas, se acercaban para ponernos en alerta y ofrecernos -con total generosidad-, un lugar en sus viviendas. Éramos conscientes, sin embargo,  que no debíamos perder -en ningún momento- la unidad como Brigada, lo que se demostró luego en Panamá, como una importante fortaleza.

La noche previa a la presentación nos reunimos para analizar la situación y ver qué hacer, resolviendo distribuirnos para estar en la mayor cantidad de empresas a la hora de entrada de los trabajadores. El objetivo era solicitar que nos acompañen al encuentro con la dirección del Frente.

Y si decidían hacerlo luego de la consulta con sus compañerxs de trabajo, nos encontraríamos frente a la sede de la BSB para marchar hacia el ex bunker. Lo mismo haríamos en las comunas donde participaban miembros de la BSB.  

Así, el 15 de Agosto, a temprana hora de la mañana y a poco menos de un mes del triunfo contra Somoza,  una gran cantidad de trabajadores de distintas fábricas de Managua fueron llegando a la sede de la Brigada con improvisadas banderas que identificaban el lugar de trabajo, o las que reclamaban la ciudadanía nicaragüense para los brigadistas… La nutrida y ruidosa columna de miles de trabajadores, destacaba una gran cantidad de compañeras que se sumaban a la lucha, ahora también en sus lugares de trabajo,  a partir de la constitución de los nuevos sindicatos… Las textiles yanquis de la Zona Franca que contaban con cerca de 1000 obreras, decidieron dejar su lugar de trabajo parando como fuere el transporte de pasajeros para poder llegar a la sede de la Brigada…

Con grandes aplausos se recibió e incorporó a la marcha una importante delegación de milicianos de varios barrios de Managua, presentándose bajo carteles que reclamaban “No al desarme”, y ofreciéndose como custodios de la movilización.

Así, miles de trabajadores junto a miembros de la BSB llegamos al inmenso terreno que quedó vacío después del terremoto de 1972 y vecino al Bunker. Muchos nicaragüenses se han preguntado y nosotros también, por qué Somoza en tantos años nunca se propuso cambiar ese triste y desolado “paisaje”.  Los nicas dicen que con tantas maldades en el haber de Somoza, se cuenta que prefería que el inmenso espacio quedara siempre libre para desde el bunker, tener una clara visión para responder a cualquier ataque…

La columna que ocupaba varias cuadras se fue asentando en el gran terreno libre, a la izquierda de la entrada del Bunker. Al poco tiempo, y no sabemos por dónde ni cómo, apareció una camioneta de vendedor ambulante, que con una gran bocina similar a la que usaban los verduleros en nuestro país, se incorporó para colaborar en lo que fuere… 

El hecho es que prontamente y por pedido, decenas de trabajadores hacían uso de la palabra…  Fuera para expresar lo que sentían respecto a los brigadistas, a lo que hacían o habían hecho en la empresa en los últimos días… lo que había pasado en sus barrios en la insurrección previa al triunfo. Unos cuantos, reclamaban a la dirección del FSLN que viniera a informar a todos los presentes para qué había sido convocada la Brigada Simón Bolívar, lo que terminaba con ruidosos aplausos… 

Así fue pasando el tiempo hasta que una mayor cantidad de soldados vinieron a plantearnos por segunda vez, que debíamos ingresar porque la Dirección del frente nos estaba esperando.  Ya estaba cayendo la tarde…              

La movilización, convertida en asamblea, resolvió continuar hasta que regresáramos…

En salón similar a un teatro fuimos reunidos más de cincuenta brigadistas, luego del desarme. La Dirección Nacional del Frente estaba en el escenario. La voz cantante la llevó Daniel Ortega. Sintéticamente nos informaron –de manera enérgica- que la decisión de expulsarnos de Nicaragua estaba dada por nuestra actividad, la que claramente –señaló- perjudicaba a la revolución…   Que deberíamos haber hecho lo que hizo la Brigada Victoriano Lorenzo de Panamá (impulsada por el gobierno panameño) que brindó sus servicios hasta derrotar a la dictadura y luego del triunfo, volvieron a su país…  Cualquier intento de nuestra parte por responder a los argumentos y/o  preguntar cuál sería nuestro destino, era rápida y firmemente acallado…  La “reunión” por tanto, duró poco tiempo…

Inmediatamente de ello fuimos encerrados. En el silencio de la noche, aislada en un pequeño baño que hacía de celda, seguí escuchando por largo rato, las voces y gritos de quienes se habían movilizado para acompañarnos y que continuaban esperando (o reclamando) nuestro regreso… 

A la madrugada del 16 de agosto (todavía cerrada noche) fuimos sacados a empujones, llevados a furgones de traslado donde nos pusieron en el piso del mismo, boca abajo, lo que impedía ver el recorrido, o movernos… Luego de un tiempo de viaje, sentimos el ruido característico de un motor de avión en pista. Era el aeropuerto de Managua. Allí nos bajaron, revisaron nuestras reducidas pertenencias… Era un avión panameño, que por pedido especial del FSLN al gobierno de Torrijos,  se había dispuesto a trasladarnos y mantenernos detenidos hasta que se resolviera qué hacer.

Al llegar a Panamá, fuimos llevados a la cárcel “Modelo”, ubicada en el centro de la ciudad. Las seis compañeras integrantes de la BSB quedamos en planta baja en misma celda; la gran cantidad de compañeros en el cuarto piso, en una celda grande. 

La “normalidad” de la cárcel cambió totalmente al enterarse lxs presxs comunes que el contingente que había ingresado éramos los brigadistas expulsados de Nicaragua (las noticias estaban siendo transmitidas por radio y TV desde el día anterior). Fuimos saludados a viva voz y de piso en piso, brindándonos todo tipo de solidaridad para lo que necesitáramos….  Allí también se vivía el odio contra Somoza y el respeto a quienes hubieran estado en la lucha por su caída.  A partir de ahí, juntando voces,  nos comunicábamos todos los días, saludándonos de mañana y despidiéndonos a la noche.

También logramos hacer contacto con el exterior a través de presas panameñas vecinas a nuestra celda que iban logrando su libertad, a quienes les dimos un teléfono donde comunicarse para que informen el lugar donde estábamos detenidxs.

Transcurridos algunos días solicitamos a las autoridades de la cárcel poder entrevistarnos con algún representante del gobierno panameño. Nuestro objetivo era poder acordar con los embajadores de los distintos países, excepto Argentina, dado el peligro que corríamos de deportación. Así, una delegación de la BSB de la que participé, fuimos recibidos por Noriega, segundo hombre en importancia luego de Torrijos, quien nos manifestó que tramitarían las entrevistas con los embajadores… Que además, y dadas las malas condiciones  que teníamos en la cárcel nos llevarían a un lugar más espacioso, donde estaríamos mucho más cómodos, con mayor cantidad de baños, etc.  Planteamos dudas, que por supuesto no fueron escuchadas.  Sentíamos que estar en la cárcel representaba ya una defensa por la ubicación de la misma en el centro de la ciudad, y especialmente, por la relación alcanzada con el resto de lxs presxs, lo que no queríamos perder…

Se nos trasladó a Tinajitas, un cuartel de la Guardia Nacional ubicado en uno de los cerros más altos que rodean la ciudad. Fuimos conminados inmediatamente de llegar, a separarnos por países antes de ingresar, haciendo fila, lo que rápidamente rechazamos. Se intentó igualmente imponernos la orden por la fuerza, a lo que siguió la decisión de nuestra parte de resistir de manera unida y compacta con nuestros cuerpos, evitando el intento de los guardias de ingresarnos de a uno… Finalmente ante nuestra firmeza, y muy posiblemente por consulta telefónica con Noriega, nos subieron de manera violenta al transporte que nos había traído, sin decirnos adonde nos llevarían… Volvimos a ingresar a la cárcel Modelo que habíamos dejado hacía pocas horas, contentxs por la unidad y resistencia logradas.

Al momento de ingresar a la cárcel y de manera rápida, las compañeras nos pusimos de acuerdo no quedar aisladas en celda aparte,  por lo que nos mezclamos con los compañeros al pasar por el molinete, tomadas de la cintura de ellos, y empujando así, para pasar. El Director de la cárcel que estaba presente, y cuando ya habíamos pasado algunas compañeras, trató de impedirlo a los gritos, diciendo que “jamás en la cárcel habían estado juntxs hombres y mujeres”, que eso no era posible, pero nuestra resistencia y unidad logró vencer la tradición y las normas carcelarias…  Y si bien las condiciones eran muy malas por el hacinamiento, tener un pequeño y único baño, estábamos animadxs  por estar en una celda todxs juntxs, sea durmiendo en el piso o como fuere… A partir de allí y como por arte de magia, se fueron concretando los pedidos de entrevistas con los embajadores de cada uno de los países.  Los dos argentinos reclamamos viajar a Colombia, lo que se aceptó.  La cosa era deportarnos de una buena vez!  

Pasar por Colombia representaba una oportunidad para reencontrarme con los compañeros argentinos que junto a Nahuel Moreno realizaban allí la actividad internacional luego del golpe en Argentina.  También conocer al hermano PST colombiano…

Qué proceso venía haciendo el FSLN antes y después del triunfo para tomar medidas tan drásticas?

Para analizar un poco el proceso, fue a partir de 1977 que el eje de la acción militar del FSLN se fue trasladando del campo a la ciudad, por parte de una de las corrientes internas,  la llamada “tercerista” que tomó la delantera, en la cual estaban los hermanos Ortega Saavedra y otros, quienes venían proponiendo la unidad del FSLN.   

Las razones que el mismo Humberto Ortega Saavedra reconoce para tal decisión, es que para finales de 1977, “la Guardia Nacional consolida la derrota total a las fuerzas sandinistas en la montaña. El FSLN estaba sumido en la defensa pasiva y defensiva, sin plan ni alternativas ante el escenario político nacional y el pueblo en general…” (La epopeya de la insurrección”. Ortega Saavedra Humberto, Grupo Editorial LEA, Managua, 2004, páginas 296-297). 

A ello se agregaba como cuestión fundamental -planteado en varios testimonios-, que el FSLN no había logrado enraizarse en el campesinado de la zona norte y central, por lo que era permanente blanco de ataques por parte de la Guardia Nacional, sufriendo así pérdidas de numerosos combatientes. 

Lo manifiesta también Alfredo Sánchez Alegría, integrante del FSLN y partícipe del ataque al Cuartel de Masaya del 17 de Octubre de 1977 en: “Un largo y doloroso día”, (memoriasdelalucha sandinista.org/view_sotries.php?id=71)

“…Todos sabemos la difícil situación de la guerrilla en la montaña… El comandante William Ramírez explicaba hace poco en un programa en la televisión,  que el inmenso apoyo campesino del que se hablaba, era una ilusión, que apenas se tenía apoyo de uno que otro colaborador, y las redes de aprovisionamiento eran escasas”

Para el mes de marzo de 1979, faltando pocos meses para el triunfo, se formalizó la Dirección Nacional Conjunta de nueve miembros en el FSLN. Hasta ese momento la Dirección estaba constituida por tres corrientes (Guerra Popular Prolongada (GPP), Tendencia Proletaria (TP), Tercerista o Insurrreccional). Manifestado por el propio Fidel Castro luego, Cuba había colaborado estrechamente para lograr la unidad de las tres corrientes. El documento surgido en la reunión unitaria del mes de Marzo, se sintetizaba el proyecto que se llevaría a cabo:  

“Reunir a todas las fuerzas sociales y políticas del país, incluidos sectores democráticos, industriales, comerciantes, etc. y que mantienen una posición consecuentemente antisomocista bajo un programa democrático, de independencia nacional y progreso social, es decir, bajo un programa sandinista (…) Organizar a la caída de la dictadura somocista, un gobierno provisional en el que estén representadas todas las fuerzas antisomocistas y pueda convocar a todo el pueblo para la gran tarea de la reconstrucción nacional”. (“La revolución abortada”, Orson Mojica, página 14).  Ver  quince puntos fundacionales en:o.usal.es/oir/opal/Documentos/Nicaragua/FSLN/«PROGRAMAHISTORICODdelFSLN

Como podemos ver, el documento de unidad que fue firmado por las tres corrientes, estaba bastante lejos de las propuestas transformadoras del programa fundacional de 1961… Aún cuando ambos programas no definieran un proyecto anticapitalista y de proyección socialista. 

El 18 de Junio de 1979,  lanzada ya la huelga general desde el día cuatro, y como parte de la “ofensiva final”, se constituye la Primera Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN), producto de la alianza política entre los empresarios del Consejo Superior de la Empresa Privada COSEP, los partidos de la burguesía y la nueva Dirección unificada del FSLN.  Asfixiada económicamente por el poco o nulo espacio que dejaba el somocismo; sin alternativas para constituirse la burguesía por sí misma en una alternativa política propia,  “se dispuso“  -bajo determinadas condiciones- a unirse junto al FSLN. El movimiento popular, inserto en las intensas actividades de la insurrección y la concreción de la huelga general que duró cuarenta y cinco días,  no fue convocado a debatir tamañas resoluciones.  Tampoco se informó públicamente de los acuerdos… 

Las palabras de Fidel Castro en su discurso del 26 de Julio de 1979, aniversario de la revolución en Cuba y a sólo siete días del triunfo nicaragüense: “Que Nicaragua  no  debía convertirse en una nueva Cuba”,  crearon gran estupor y confusión en el pueblo nicaragüense, especialmente por el cariño y respeto que el pueblo profesaba por Cuba y Fidel.  La ex URSS, se pronunciaba incluso, contra la expropiación del capital extranjero. 

De esa manera la conducción del Frente Sandinista se fue reafirmando frente al pueblo, para su política de condena hacia quienes reclamaban la expropiación de las empresas y las tierras, el mantenimiento de las milicias en los barrios,  el gobierno sin empresarios, la mayor  participación e información popular en las decisiones del gobierno, como la más completa libertad para opinar, disentir u organizarse…

Una metodología inconsulta y el choque entre lo pactado con la burguesía y la dinámica que se vivía en el  movimiento popular, fueron provocando contradicciones y  conflictos entre la dirección del FSLN,  los trabajadores, los habitantes de las colonias, y especialmente con las nuevas expresiones organizativas surgidas en la lucha, fueren comunales, las milicias o los nuevos sindicatos. Estos organismos nacidos al calor de la insurrección o inmediatamente posterior al triunfo, iban mucho más allá de puntuales reivindicaciones y tareas. Exigían ser parte de las decisiones nacionales como reclamaban   amplia participación para definir el futuro de Nicaragua, fuere para expresarse sobre quiénes debían estar en el gobierno o no, si se debía construir un ejército y de qué tipo….

Las contradicciones –por tanto- eran muy grandes, las que eran propias de una contundente revolución que había logrado derribar en un solo y mismo acto al gran tirano y a la Guardia Nacional más sanguinaria que se haya conocido en América Latina.  Somoza había huido llevándose lo que podía, dejando tras de sí una gran cantidad de propiedades y empresas “construidas” a lo largo de más de cuarenta años de dictadura militar/familiar.  La burguesía llamada antisomocista que nunca había podido diseñar poder político propio ni enfrentar al somocismo,  emergía con el triunfo revolucionario y frente al movimiento de masas, como un “socio impuesto”, el que no merecía respeto ni confianza alguna  por parte del pueblo.    

“La verdadera realidad de la huída de Somoza el 17 de Julio y la desbandada en Managua de su Guardia Nacional (paramilitar) en tempranas horas del 19 de julio (en León las comunas ya habían tomado los cuarteles abandonados por la GN el 20 de junio, casi un mes antes) es la prolongada huelga general de los trabajadores y la desobediencia civil de las comunas de barrios en las ciudades y pequeños municipios de todo el país (con la Guardia acuartelada  o desbandada).  Y el poder constituido en el edificio del Congreso en Managua, el 20 de julio,  fue de la  Junta y Gobierno de los partidos de Unidad Nacional. No existió ninguna ocupación militar de “victoria” sandinista…” (Así describe Manuel Fernández Vilchez en “Revista de Temas Nicaragüenses”, Nro. 112 de Agosto de 2017):    

Por otra parte, es el propio Humberto Ortega quien reconoce el papel contundente del movimiento de masas en el triunfo revolucionario, protagonizando dos años antes de la caída de Somoza y acicateado por la gran crisis económica y política en la que ya se debatía el gobierno (ver reportaje de Marta Harnecker a Humberto Ortega en la web).

Por estas fuertes contradicciones que se vivían en los días de la revolución, la dirección del FSLN (ya en el gobierno compartido con la burguesía), comenzó a aplicar una acción política combinada…. Mientras disolvía de manera verticalista los organismos creados por el pueblo durante el proceso insurreccional y pos triunfo,  actuaba paralelamente y sin contemplaciones,  contra cualquier expresión de izquierda que pudiera confluir con  los encendidos ánimos del pueblo. 

La expulsión de la Brigada Simón Bolívar,  por tanto, formó parte “privilegiada” de esta ofensiva más general.  Igualmente, las expresiones nicaragüenses de izquierda sufrieron las mayores consecuencias. El diario “El Pueblo” por ejemplo, fue suspendido y luego cerrado porque reclamó se diera información pública sobre los acuerdos llamados “secretos” a los que había llegado la reunión realizada en Costa Rica al momento de constituirse la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional que gobernaría el país… El “Frente Obrero”, una expresión crítica del FSLN, fue  perseguido y hostigado  una y otra vez para integrarse al  FSLN,  o desaparecer… También la Liga Marxista Revolucionaria, luego llamada Partido Revolucionario de los Trabajadores…  

En El Salvador se venía avanzando en ese período?

Sí, y mucho!   En el mes de Octubre de 1979 cae en El Salvador, el dictador Romero, proceso alentado y acelerado sin dudas, por el triunfo revolucionario nicaragüense. Esta ofensiva fue llevada adelante esencialmente por la clase obrera. Y si bien el ejército no fue destruido como en Nicaragua, la posibilidad de lograrlo estuvo planteada. Después de la caída de Romero se constituyó una débil Junta de Gobierno en la que participaron el Partido Comunista, el famoso Coronel Majano, la Democracia Cristiana y la Socialdemocracia. Todos ellos tenían un claro objetivo y acuerdo: evitar por todos los medios que el ejército fuera destruido como en Nicaragua.

Reconquistar la unidad centroamericana sobre nuevas bases revolucionarias y transformadoras, estuvo planteado así, como una posibilidad real en el curso de la lucha de clases del período. Para evitar esa posible unidad,  el imperialismo y los países de Panamá, Colombia, México y Venezuela  buscaron de manera imperiosa hacer firmar a los gobiernos de los países centroamericanos la famosa Acta de “Contadora”, por lo que se comprometían a no intervenir frente a cualquier conflicto planteado en cualquiera de los países del área. El objetivo central en ese momento, era sin dudas, comprometer al nuevo gobierno nicaragüense y especialmente al FSLN para que no desarrolle ninguna actividad de apoyo hacia El Salvador que posibilitara  el triunfo… El objetivo buscado, por tanto, fue logrado, y de la peor manera.  Centenares de activistas fueron fusilados en los paredones de las propias empresas donde trabajaban…

Volviendo a Nicaragua…qué pasó luego con la reforma agraria y el papel del campesinado?

Dos años después del triunfo, en 1981, se decretó una ley de reforma agraria que respetaba la propiedad terrateniente. Sólo consagraba la expropiación para propiedades ociosas, abandonadas o deficientemente explotadas, indemnizando a sus propietarios con excepción de las abandonadas.

Esto fue acumulando mucha decepción y bronca en el campesinado pobre y sin tierra contra el  FSLN y el gobierno de Reconstrucción Nacional.

Posteriormente,  en los años 1983-1984, se hizo sentir con todo rigor el desencanto político de extendidos sectores de campesinos que  se convirtieron en base social de “la contra”, impulsada  y financiada por EE.UU., desde la frontera con Honduras.

De esta manera, el grave error político del sandinismo (posterior y tardíamente reconocido),  en un país esencialmente campesino, representó una gran tragedia para toda Nicaragua, dados los inmensos costos que representaba el sostenimiento de la guerra y la cuantiosa pérdida en vidas de jóvenes de familias trabajadoras que se alistaron para defender la revolución…  Y como ellos mismos decían: “somos nosotros quienes vamos a la guerra…., porque ellos,  los hijos de la burguesía,  pasean tranquilos por las calles de Managua”. 

Así, las familias pobres fueron afectadas de manera directa, fuere por la zozobra de posible pérdida de vida de hijos o esposos, o en la mayoría de los casos por quedar sin sustento. En ese largo período fueron las mujeres quienes tuvieron que hacerse cargo de sus hogares y  en una situación económica del país sumamente crítica… De esta manera, un tema irresuelto como el de la tierra y los campesinos, fue explotado hábilmente por el imperialismo para atacar a la revolución desde distintos flancos, y no solo el militar…

“En el año 1983 se operó una masiva “titulación especial” que no fue otra cosa que la legalización de las tierras que los campesinos se habían tomado en los años anteriores, la entrega de títulos a las decenas de miles de campesinos precaristas, cuya cantidad ascendió a 198.634 manzanas. Una mayor cantidad de tierras en manos de campesinos fue legalizada en el año 1984, llegando a alcanzar la cifra de 1.089.701 manzanas de tierras. En el año 1985, en los momentos en que se desarrollaba la ofensiva militar del Ejército Popular Sandinista, fueron entregadas 142.686 manzanas de tierras a los campesinos, esta fue la cifra más alta de titulaciones individuales en todos estos años de revolución”…

“Este giro en la Reforma Agraria, tardío pero muy progresivo, permitió crear las condiciones políticas para desarrollar la ofensiva militar del Ejército Popular Sandinista sobre la contra. Miles de campesinos entregaron sus armas, se acogieron a la ley de amnistía, lo que redujo de manera decisiva la base social de la contrarrevolución…”  (los párrafos que aparecen en comillas y cursiva fueron extraídas de “La revolución abortada”, páginas 81-82-83).

Pasados cuarenta años de la revolución nicaragüense, qué reflexión te merecen los acontecimientos que vienen ocurriendo desde hace más de un año contra el Presidente Daniel Ortega y su esposa Murillo?

Creo que en Nicaragua, sin dudas, existe una nueva dictadura. Que no surgió en el año 2018, sino que se fue conformando a lo largo de los años, luego del triunfo contra Somoza. 

Cuando se leen los textos de la mayoría de quienes fueron dirigentes o importantes cuadros del sandinismo, se encuentran hilos conductores que explican, de alguna manera, un curso ininterrumpido de cercenamiento de libertades de todo tipo. Por un lado, internos a la propia organización del FSLN, por otro, subordinando y/o disciplinando los organismos del movimiento de masas a sus estructuras.  

“El FSLN siguió siendo una organización con estructura militar después de la revolución de 1979 y los miembros de la propia Asamblea Sandinista, una suerte de comité central, eran cooptados por la Dirección Nacional. Toda la estructura interna se elegía de arriba hacia abajo y no a la inversa, y esto se aplicaba también a los miembros de los CDS (Comités de Defensa Sandinista); a cargos sindicales y a todos los cuadros territoriales y de las distintas áreas”. (Viento Sur, ¿La última partida?, Roberto Montoya),

No era ni es un problema menor que esa metodología se impusiera en el movimiento de masas desde los primeros tiempos de la revolución, cuando los dirigentes sandinistas gozaban de gran prestigio…  Así se desarmaron las milicias en los barrios, imponiendo un verticalismo que nada tenía que ver con la propia experiencia de las milicias constituidas de manera democrática de abajo hacia arriba.  En vez de aprender de ello, de verificarlo,  se actuó imponiendo,..

Una  metodología que se enlaza perfectamente con la tradición militar de “obedecer al mando”, en contradicción completa con una sociedad que por varias generaciones vivió en dictaduras y que estaba harta de subordinarse…

Todo se uniformó, todo se llamó “sandinista”,  todo fue solo rojo y negro,  como si fuera una marca adquirida en poder de los de arriba  -banalizándose así también-,  la propia figura de Sandino… Tal fue la apropiación, la uniformidad construida, que los jóvenes rechazan esos símbolos por el hecho de pertenecer al poder,  a quienes acusan con justa razón de cercenarles sus derechos más elementales a organizarse en los colegios, universidades y barrios,  de poder movilizarse, de reunirse, de criticar y/o confrontar… Y que por hacerlo son severamente reprimidos, asesinados, castigados, encarcelados… 

Porque numerosos activistas nicaragüenses y dirigentes como Mónica Baltodano y otros,  han tenido que huir a Costa Rica u otros países por la persecución del régimen de Ortega-Murillo… 

Otros sufrieron todo tipo de persecuciones y encierros en las cárceles.  Por el reclamo internacional otros han salido en libertad, pero sus familias son hostigadas para recordarles una y otra vez, que no deben hacer nada contra el gobierno….

Por todo esto, y bastante más, Nicaragua, duele!

Porque sigue siendo después de Haití, el segundo país más pobre de Latinoamérica. 

Porque tiene la vergüenza junto a República Dominicana en América Latina, de no permitir el aborto bajo ninguna circunstancia. Nicaragua no sólo no avanzó un ápice en la despenalización, sino que por el contrario, el aborto terapéutico (x razones de salud de madre o hijx)  y establecido en 1893,  lo eliminó el gobierno de Ortega en Noviembre del 2006. Seguramente fue entregado como prenda para lograr el apoyo del sector más reaccionario de la Iglesia.  

Porque reprime, persigue y encarcela a movimientos feministas y/o a sus activistas, como  impide la actuación de los organismos de derechos humanos ya reconocidos.

Porque la familia Ortega-Murillo se ha incorporado hace ya varios años, a  la lista de los más grandes ricos de Nicaragua.

Porque el gobierno ha entregado el país al capital extranjero de manera arbitraria e inconsulta. Desde la  concesión canalera  que ha provocado el desalojo de gran cantidad de campesinos pobres de sus tierras -hoy en la más absoluta miseria-, como también  concesiones para explotaciones mineras, forestales, pesqueras… Y  podríamos continuar… 

Pero mejor leamos a Galeano, quien siguió a Nicaragua con devoción:

“Tiempo de derrumbamiento y perplejidad, tiempo de grandes dudas y certezas chiquitas. Pero quizá no sea tan chiquita esta certeza: cuando nacen desde adentro, cuando crecen desde abajo, los grandes procesos de cambio no terminan en su lado jodido. Nicaragua, pongamos por caso, que viene de una década de asombrosa grandeza ¿podrá olvidar lo que aprendió en materia de dignidad, justicia y democracia? ¿Termina el sandinismo en algunos dirigentes que no han sabido estar a la altura de su propia gesta, y se han quedado con autos y casas y otros bienes públicos? Seguramente el sandinismo es bastante más que esos sandinistas que habían sido capaces de perder la vida en la guerra y en la paz no han sido capaces de perder las cosas”

                                                                                                                               Eduardo Galeano 31-03-1992    

Filed Under: Mujeres/género e imigrantes, Sin categoria Tagged With: Balance, experiencia, futuro, Realidad, Revolución, sandinismo

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