El venezolano Francisco de Miranda, ejemplo de internacionalismo
Eric Toussaint*
Nacido en Caracas en 1750 y fallecido en Cádiz (España) en 1816, Francisco de Miranda participó activamente en acontecimientos decisivos para la Revolución francesa y pasó por Lieja cuando comandaba, como general, una parte del ejército revolucionario de la República francesa, dirigiendo la lucha contra las tropas austríacas.
Francisco de Miranda es una figura histórica interesante puesto que tuvo un rol fundamental en la historia de su país y un rol significativo en América del Norte y en Europa. Comenzó sirviendo en el ejército español cuando Venezuela solo era una «provincia» del Imperio español. Participó en operaciones militares en África del Norte (Marruecos y Argelia) por cuenta de España. Fue durante su período español que se puso a leer enormemente y comenzó a constituirse una impresionante biblioteca.
Todavía como oficial español, participó de una manera indirecta en la guerra de independencia norteamericana, batiéndose contra los británicos en Florida entre marzo y mayo de 1781. Miranda abandonó el ejército español y volvió en Estados Unidos en donde residió en 1783-1784. Dialogó con George Washington, Thomas Jefferson, Thomas Paine y Alexander Hamilton y pasó un tiempo considerable en las principales bibliotecas de la costa Este (Newton y Princeton).
Entre fines de diciembre de 1784 y 1791, Miranda visitó una gran parte de Europa y residió en diversos países como Gran Bretaña y Rusia. Visitó los Países Bajos austríacos, Francia, Prusia, Italia, Grecia (cuando todavía era una provincia otomana), Hungría, Polonia… También visitó Turquía y Constantinopla. En Rusia, la emperatriz Catalina de Rusia, déspota ilustrada, le autorizó a llevar el uniforme de oficial ruso. Comenzó claramente a tener planes para liberar Venezuela y América del Sur de la influencia del Imperio español y habló con las autoridades británicas que no le dieron el soporte que esperaba. Hay que señalar que desde esa época, Miranda hablaba y escribía corrientemente en español, inglés y francés. También conocía el griego y el latín antiguos.
Debido a la falta de apoyo de los británicos, se incorporó a la Francia revolucionaria y ofreció sus servicios como militar a los dirigentes revolucionarios. Se le propuso partir en campaña al mar Caribe, pero lo rechazó ya que comprendió que Francia quería utilizarlo para sus propios intereses de potencia colonial en su lucha contra las otras potencias coloniales europeas, principalmente España y Gran Bretaña. Miranda propuso sus servicios para el ejército del Norte, en el que es nombrado general bajo las órdenes de Dumouriez. Participó en varias batallas militares: Argonne, Wargemoulin, Amberes, Lieja-Maastricht, Tongres y Valmy.
A causa de la derrota de Maastricht el 3 de marzo de 1793, fue acusado de negligencia por el general Dumouriez y encarcelado en París, de donde fue finalmente liberado en julio de 1793. En 1804, después de estar un tiempo de nuevo en la capital británica, partió para Estados Unidos donde mantuvo contactos en la Casa Blanca con el presidente Thomas Jefferson.
Después de residir en Estados Unidos durante un año, inició la guerra de independencia de América del Sur contra el Imperio español, y se convirtió en abril de 1812, después de numerosas peripecias, en jefe supremo de los Estados de Venezuela en estrecha colaboración con Simón Bolívar. Su historia se termina de manera dramática porque entró en conflicto con Bolívar y fue hecho prisionero por los españoles. Terminó su vida en una cárcel de Cádiz, donde murió en 1816, después de haber redactado sus memorias.
Encontré interesante mencionar brevemente la biografía de Miranda. Es importante conocer hasta qué punto algunos protagonistas del proceso revolucionario como Miranda o Ransonnet habían adquirido un gran conocimiento de las relaciones internacionales, de las ideas que circulaban en Occidente en esa época. Hay que subrayar que Miranda es escasamente mencionado en la mayoría de las obras sobre la revolución de Lieja.
*Eric Toussaint
www.cadtm.org
Deja un comentario